Dicen que a las mujeres nos gustan los chicos malos, pero eso no quita que también nos gusten los buenos. Un amigo en el camino no es mala idea: sea en parejas o solos, los señores carabineros tienen sus encantos:
1. Su relación con los niños: ¿díganme que no son tiernos? recuerdo claramente verlos fuera de mi escuela, deteniendo las micros para dejarnos pasar o recogiendo con cuidado a aquellos que se caían. También suelen auxiliar a los que se pierden en la playa: caminan por la arena bajo el sol, con esos incómodos zapatos, atendiéndoles con gran dulzura. Por eso no es de extrañar que muchos niños les vean como sus héroes
2. Afecto por los animales: lo sabes. Los animales presienten a la gente mala, pero con nuestros chicos de verde, se llevan de maravilla. Ya sea a caballo o con esos hermosos e imponentes perros, los puedes ver ocupándose de sus compañeros con gran cuidado, tratándolos como a uno de sus pares.
3. Habilidades al volante: si bien nosotros no tenemos permitido ir a mucha velocidad, nuestros amigos en el camino están acostumbrados a persecuciones por calles angostas y a alta velocidad. En moto también demuestran gran pericia: podemos verles esquivando peatones y persiguiendo delincuentes hábilmente.
4. Uniforme: creo que todas lo hemos hecho: mirar esas estrellitas es algo que deleita la vista. Si nuestros méritos se reflejaran en la ropa, en ellos podríamos ver un cielo cubierto de estrellas. Dondequiera que nos detengan -o nosotros nos acerquemos-, su color verde esperanza les identifica. Sabemos que es zona segura. (Además, sí: tenemos debilidad por los uniformados)
5. Respeto y orden: estos dos rasgos son indiscutibles y los vemos en acontecimientos recientes, como lo ocurrido en el estadio de Valparaíso. Su sola presencia calmó -o contuvo- a los barristas que causaban disturbios. Lo mismo pasa en las marchas y en lugares donde hay alta afluencia de público. Su presencia es más que necesaria.
6. Valentía: debemos reconocerlo, si vemos un grupo de maleantes con palos y/o pistolas ninguno de nosotros iría a salvar a esa abuelita bajo el tumulto. Ellos lo hacen. Sea cual sea su misión y el costo; su osadía y riesgo son admirables. Además, muestran distintas habilidades, que pueden ser muy útiles en el hogar.
7. Obediencia: este es un punto que desde pequeños nos cuesta, pero ellos lo tienen muy desarrollado. Llevan interiorzada la jerarquía de la Institución (incluso estando de civiles mantienen el trato formal con sus superiores), cumpliendo con cada orden, aún a riesgo de sus propias vidas.
8. Sentido del deber: trabajan en turnos largos, feriados irrenunciables, Navidades y Años Nuevos. Incluso en catástrofes, como incendios o derrumbes, dejando sus propias familias por ir en ayuda de la tuya.
9. Siempre listos: no importa si es su día libre, si no han almorzado o han dormido poco, cuando se les llama: acuden. Les vemos truncando asaltos, ayudando en partos o en choques sea o no que estén de guardia. Su sentido del deber es superior a sus ansias de descanso.
10. Un oído a prueba de todo: ¿de vacaciones y te perdiste? Sí, ellos saben como ayudarte a llegar. ¿Hay ruidos en el patio? no te preocupes, ellos irán. ¿Tu puerta está llena de ebrios malolientes y no puedes salir? ¿El vecino hizo fiesta un lunes y no baja a música? ¿la vecina loca esta tirando las cosas del marido a la calle? o ¿el marido de tu vecina la agrede frente a los niños? Sea cual sea el problema, ellos contestan y van en tu ayuda. ¡Imagina cómo sería tener uno en casa! Te sentirías 100% protegida.
Si bien no todos son así, detrás de cada uno de esos uniformes hay una familia como la tuya, que extraña a su padre, hijo, o marido, que piensa en él y lo espera con la esperanza de que llegue a salvo a su casa. La belleza de un hombre no sólo está en lo externo: muchas veces son sus valores, su actos o su lealtad los que hacen que los amemos. Y en los carabineros, cualidades hay ¡de sobra!.