Hace unos días, me enteré de que existe un nuevo proyecto tendiente a que se priorice el apellido de la madre, en caso de que no se llegue a acuerdo entre los progenitores en el orden para su inscripción. El texto del proyecto, presentado por los diputados Iván Fuentes, Denisse Pascal y Alejandra Sepúlveda, habla concretamente de que "prevalecerá el apellido de la madre cuando exista desacuerdo al momento de inscribir, cuando los padres manifiesten que no harán uso del derecho a elegir el orden de los apellidos y cuando el solicitante no concurra a la inscripción con el documento otorgado ante notario que señale que los padres acordaron el orden de los apellidos."
A la luz de los antecedentes, parece un nuevo intento de los legisladores de justificar su trabajo, haciendo proyectos por cuestiones intrascendentes. Ojo, que no hablo de la trinchera del macho dolido. Quienes me conocen, saben que no soy machista y tiendo a la igualdad en deberes y derechos, pero llegar a estos extremos es absurdo. Una cosa es dar libertad a la madre cuando el padre no se quiere hacer cargo de ese hijo, pero algo muy distinto es transformar este criterio en universal.
Me recuerdo de una amiga brasileña-chilena, que se llamaba de dos formas distintas allá y acá. Esto, justamente porque en Brasil prevalece el apellido materno. Uff, ¡qué enredo! ¿No será que querrán hacerle, una vez más, el negocio a los notarios? Para los que somos padres, sabemos que el último mes es de ansiedad y estrés. Cada vez que mi mujer tenía una contracción, me preparaba, tenía los bolsos listos y la llave del auto en la mano. Así me pasé el mes entero, hasta que el médico programo la cesárea, porque el niño estaba "pochito" en la guatita de la mamá y no quería salir. No sólo eso, preocuparse de que no le falte nada, tener todo a mano, en fin. ¿Se imaginan el desastre, las peleas que va a significar ese tema? "No, mi familia es más importante, tiene que ir mi apellido primero...no el tuyo es más feo..." va a arder Troya. Ya, lleguemos a un acuerdo, el primero tiene tu apellido, el otro el mío... ¡horrible!
Luego de ver nacer a mi hijo, ir a inscribirlo, ver su nombre en el certificado de nacimiento y saber que lleva mi apellido, fue uno de los momentos más emocionantes para mi como padre. Como mi hijo nació cerca de las dos de la tarde, tuve que esperar hasta el otro día para ir a inscribirlo. Pasé toda la noche cuidando a mi señora y a él, que nació con una alteración cardíaca (algo leve, que afortunadamente superó con el tiempo). A la mañana siguiente, esperé que los médicos me dijeran que ambos estaban bien, llegó mi suegra, la dejé con ellos y partí. Al poco rato, volví con el certificado y mi orgullo fue infinitamente más grande que cuando me titulé.
Creo que en otra oportunidades lo he comentado: las mujeres se llevan gran parte del peso (literalmente hablando) y de la responsabilidad en el embarazo. Quienes somos padres responsables, sólo podemos acompañar, atender a nuestra mujer, regalonearla, satisfacer antojos a altas horas de la madrugada, etc. Para mí, que mi hijo lleve mi apellido es un orgullo, un premio que gané por quererlo desde el momento de su concepción, por cuidarlo, hablarle y hacerle cariño antes de nacer. Es mi continuador, mi legado.
Quienes no quieran hacerse cargo, allá ellos. Ojalá les quiten el derecho al apellido, que paguen pensión alimenticia y les den todos los castigos que la ley otorga por su irresponsabilidad. Pero quienes sí estamos presentes, nos hallamos ante la eventualidad de perder uno de los pocos derechos que tenemos como padres. Porque el resto, son en su mayoría obligaciones (que uno cumple con gusto, pero obligaciones al fin y al cabo)
Insisto, estoy muy de acuerdo con que las mujeres ganen espacios en la sociedad, lo merecen y tienen capacidades para ello; pero que esos derechos los adquieran por merecimientos propios, por su condición de personas, más allá del sexo. No me gusta la discriminación de ningún tipo, Ni aún la falacia llamada "discriminación positiva", que no es más que un disfraz para tapar las incapacidades que tenemos como sociedad. Los papás responsables nos hemos ganado el derecho, ojalá sea solo una mala idea, un chiste tal como la ley antimemes.
Y ustedes, ¿qué opinan?