Ya estamos en las fiestas de fin de año. La locura por los regalos se ha instalado en la agenda, en las calles, en los mall y en los bolsillos de todos los chilenos. Pero al igual como ocurre con otras festividades, muchos se dejan arrastrar por la vorágine, sin que sepan cuál es el origen de las celebraciones. Para eso, les invito a analizar 3 elementos importantes de la Navidad:
Nacimiento: No hay ninguna evidencia que afirme que Jesús nació un 25 de diciembre. Si podemos deducir una fecha en función de dos elementos: acontecimientos típicos de épocas determinadas y la concepción / nacimiento de su primo Juan, el Bautista. En un primer tópico, en el libro de Lucas se señala que “los pastores moraban los campos y guardaban sus rebaños de noche”, labor que los ganaderos realizan entre septiembre y noviembre, nunca a fines de diciembre, época en que sus animales morirían de frío.
Por otra parte, la Biblia señala que Jesús fue concebido 6 meses después que su primo Juan. Éste último fue revelado a su madre, Elizabeth, a fines de junio, luego de que su marido trabajara en el templo, en el grupo de Abias de Jerusalén (primera quincena de Junio). Por lo tanto, Jesús habría sido concebido en diciembre, naciendo nueve meses después, en septiembre. En esa fecha, se realizaban los festivales de otoño en Jerusalén y sus alrededores; además, se recaudaban los impuestos, pues es la época en que los agricultores y ganaderos tenían más dinero. La suma de estos acontecimientos hacía que escaseara el alojamiento en la zona y justificaría que las posadas estuvieran llenas, al llegar José y María. En diciembre, jamás había dicha confluencia de personas en la zona. ¿Y el 25 de diciembre? Se celebraba el culto al sol invencible (el mismo que ves en todos los templos, sobre las cabezas de los santos. Sí, las aureolas). La iglesia romana acomodó las fechas para “tapar” las festividades paganas.
Regalos: Sus orígenes son paganos, del Imperio Romano para ser precisos. Esta fecha coincide con el solsticio de invierno en el hemisferio norte y en esos días, entre el 17 y el 24 de diciembre de cada año, se celebraba la fiesta de la Saturnalia, en honor a Saturno, dios del grano y la agricultura. Se celebraban grandes banquetes e intercambiaban regalos en su honor, tanto para agradecer por la cosecha anterior, como para pedirle por la siguiente. Esa tradición, como muchas otras, fue adoptada por la Iglesia Católica, para sobrevivir e irse mimetizando con la cultura romana.
El Viejito Pascuero: aquí confluyen 2 historias: Nicolás de Bari, era un personaje del siglo IV, nacido en Turquía, que fue conocido por su bondad con los pobres y en especial los niños. A los 19 años, perdió a sus padres y heredó una gran fortuna, la que dedicó a obras de caridad. Posteriormente, se trasladó a Mira, donde se convirtió en sacerdote. Luego se hizo obispo y patrono de Turquía, Rusia y Grecia. Murió un 6 de diciembre del año 345. Puesto que esa fecha está muy próxima a la Navidad, derivó en que este santo era una figura perfecta para repartir regalos y golosinas a los niños en Navidad.
Pero… nada que ver con la imagen que conocemos, del viejito blanco y rojo que conocemos. Esa se la debemos a Coca Cola. El primer boceto con esa apariencia es atribuido al caricaturista Thomas Nast y ese diseño fue mejorado por el pintor Habdon Sundblom, por encargo de la multinacional - en 1914 aproximadamente - para fines publicitarios.
Siempre es interesante conocer el origen de nuestras fiestas. No es un llamado a convertirse en Grinch. Todo lo contrario, es mostrar un poco de cultura, que puede servir conversar y reflexionar en familia. Más allá de la fecha exacta de cuando nació Jesús, celebramos su ejemplo y su legado para la humanidad. En eso hay coincidencia universal. ¡Felicidades a todas!.