Ver tu nombre listado como “en una relación” con tu príncipe azul en Facebook, es de las cosas más emotivas que pueden pasarte. No te cansas de mirar el vínculo manifestado ante tus cientos de amigos y contactos. Sin embargo, estar unidos en esta red social puede generar más de un dolor de cabeza y un traspié en tu historia de amor. Antes de decidir si aceptarlo o no, pon atención a los siguientes detalles:
1. Aquel enigmático estado: como seres humanos que somos, a veces pecamos un poco de egocentrismo. ¡Especialmente tratándose de la persona que amamos! Es por ello que cualquier declaración escrita por tu amado puede prestarse para dobles y hasta triples interpretaciones. Un simple “¡Qué cansancio más grande!”, da origen a un sinfín de cuestionamientos: “¿Cansado de qué? ¿De mí? ¿Qué hizo que está tan exhausto?”; preguntas que son sólo el principio de un laberinto de malentendidos, del cual te costará salir.
2. Cero misterio: hay hombres que son verdaderos adictos a las redes sociales, al punto de tomar fotografías de su almuerzo diario y compartirlo con sus cientos de contactos. Si tu pareja es de esos, seguro posteará su opinión sobre la coyuntura política, la escena musical, sus actividades cotidianas y la interacción con sus cercanos. Entonces, ¿de qué conversarán la próxima vez que se vean?.
3. Las infaltables amigas: como mujeres que somos, seguro tenemos más de un partner al que tratamos cariñosamente y sin dobles intenciones. Distinto es cuando somos la polola del fiel camarada de otra persona. Ahí nos molestarán los apelativos simpáticos y que denotan cercanía. Claramente, él y su yunta pueden ser casi hermanos separados al nacer, pero ante cualquier post en Facebook somos especialmente sensibles. ¿Para qué hacernos mala sangre gratuitamente?
4. Pérdida de intimidad: Es bonito leer románticas y sentidas declaraciones de amor; sin embargo, que nuestros numerosos amigos también puedan verlas nos expone innecesariamente. Seguro muchos se alegran de vernos tan felices, mientras otros consideran que “contamos plata ante los pobres”. Sea como fuere, no hay para qué hacer alarde de lo que sentimos frente a extraños. El sentimiento que nos une es íntimo y personal, así como también lo será todo eventual dilema que se presente (y ante esto, no tendremos que "emitir un comunicado").
Y bien, ¿qué decidiste? ¿Tendrás o no a tu pololo en Facebook?