La llegada del verano trae consigo la necesidad de lograr un cuerpo perfecto, para poder andar cómodas en traje de baño o con ropa fresquita. Entonces, comienzan a parecer las dietas y el ejercicio. Es totalmente normal si se hace sin llegar a los extremos. La vigorexia es la obsesión por la actividad física, con una dieta estricta y el consumo de esteroides anabólicos para aumentar la musculatura. Este trastorno se da tanto en hombres como en mujeres y comienza a ocurrir en la adolescencia.
Síntomas
Las personas que padecen vigorexia sienten la necesidad de ejercitarse el máximo posible de horas diaria. Si no lo hacen, experimentan una culpa tremenda que los carcome por dentro. Es como si tuvieran una voz interior que constantemente les recuerda mejorar su figura. Los síntomas varían de persona en persona, pero en general, suelen ser los siguientes:
1. Tener una imagen desproporcionada de sí mismo. Ver el propio cuerpo desfigurado en el espejo y creer que se es débil.
2. Ejercitarse sin importar el clima, ni alguna molestia física e incluso dolor. Nada es un obstáculo para seguir trabajando el cuerpo.
3. La mayor cantidad de horas del día las dedican al deporte. Dejan de lado desde compromisos sociales hasta su mismo trabajo o estudios.
4. Complementar la rutina de ejercicio con una dieta alta en proteínas e hidratos de carbono, sin consumir nada de grasas.
5. Sentirse poco atractivos para el sexo opuesto y tener baja autoestima.
Las personas que sufren de vigorexia corren el riesgo de lesionarse - esquinces y desgarros - de manera grave, por la sobreexigencia de ejercicio a que se somete el cuerpo. También son propensas a padecer osteoporosis, por el exceso de proteínas que se están consumiendo. Éstas se convierten en ácido úrico, un toxico que dificulta la absorción del calcio. Puede verse alterado el ritmo cardíaco y la liberación hormonal, por el consumo descontrolado de esteroides u otros.
¿Cómo se trata? Con la ayuda de los profesionales de la salud como psicólogos y nutricionistas. La vigorexia es una enfermedad grave, que distorsiona la forma en que nos vemos a nosotros mismos y puede tener consecuencias irreversibles en la salud.
Y tú, ¿conoces a alguien que sufra de este trastorno?