Contrariamente a la creencia popular, la dependencia emocional no se da exclusivamente en el ámbito de la pareja, sino que también en el de las amistades. Cuando nos apegamos excesivamente a nuestros amigos y no logramos disfrutar de su compañía tranquilamente, perdiendo nuestra individualidad y autonomía, entonces ¡dependemos emocionalmente de ellos!
En una amistad sana, nos sentimos bien cuando estamos compartiendo con nuestros amigos y también al estar sin ellos. En cambio, cuando la amistad comienza a tomar ribetes de dependencia, no somos capaces de disfrutar de ninguna otra cosa que no sea estar con ellos. Dejamos nuestros hobbies y pasatiempos de lado, y nos volcamos por completo a los demás.
Y si algún amigo te trata mal o piensa mal de ti, ¡olvídate! Tu día se arruina y te sientes fatal. Es importante que en este punto sepas poner un límite, ya que si bien las opiniones de nuestras amistades son importantes, no deberían tener tanto poder sobre ti. ¿Cómo es posible que una mala cara o que un visto en WhatsApp te deprima tanto?
En las amistades sanas, sentimos la confianza y la libertad suficiente para decir lo que en verdad pensamos y creemos. Somos capaces de opinar y mantener nuestra postura porque sabemos que, a pesar de llevar la contraria, nuestros amigos nos seguirán queriendo. Además, es normal pelear de vez en cuando. Pero cuando dependes emocionalmente, evitas a toda costa llevarles la contra. Sientes que si lo haces, ¡te dejarán de querer!.
¿Siempre haces lo que tus amigos quieren, aunque no te apetece mucho? ¿A menudo sientes miedo de perderlos? ¿Prefieres sufrir en silencio antes que cambiar tus amistades? ¿Te sientes mal si no logras hacerlos felices? ¿Te has vuelto algo celosa, y no te gusta que tus amigos salgan con otras personas? En definitiva, ¿necesitas a tu grupo de amigos para ser feliz?
Entonces ¡tenemos un problema! Definitivamente, querida, dependes emocionalmente de ellos. Es esencial que aprendas a estar a solas contigo misma, ¡y que te sientas bien así! Una amistad sana es aquella que nos hace feliz tanto cuando la tenemos, como cuando no.
Y tú, ¿qué opinas al respecto?