Probablemente seas la persona más sociable del mundo y te encante conocer gente nueva, juntarte a conversar, salir de vacaciones con tu círculo de hierro, armar fogatas, etcétera. Donde dicen “fiesta”, ahí estás tú. Con tu traje más bonito, tu maquillaje más especial y la mirada luminosa. Pese a ello, te aseguro que al tener hijos, más de algo va a cambiar en tu rutina.
Convertirte en madre es quizás el más grande de tus cambios vitales. Marca el inicio de una nueva etapa, independiente de qué edad tengas al momento de recibir la visita de la cigüeña. Puede que tus partners sean la mejor compañía del mundo, o que te encante ir a cenar a un restaurante muy gourmet. Pero una vez que veas la carita de tus niños, te harás adicta a ella y no podrás desprenderla de tus pensamientos. Ver su sonrisa se hará una necesidad: la razón por la cual volarás a casa después de cada evento y buscarás excusarte de reuniones de amigos. Como lo más probable es que tu pareja esté en la misma sintonía, no habrá problemas entre ustedes, pero no faltarán los partners que los traten de “corridos” e incluso se alejen.
Una vez que los niños vayan creciendo, paulatinamente tomarás mayores licencias. Ellos ya tendrán su propio grupo de amigos y valorarán contar con una cierta independencia. Sin embargo, siempre estarás al pendiente. Retomarás tu vida social, una que otra escapada en pareja y quizás algunos proyectos postergados, como avanzar en los estudios o hacer postgrados. Sin embargo, el tiempo que le dedicas a tu retoño siempre será prioridad; vivirás con la oreja pegada al celular e incluso sentirás culpa por tus otras obligaciones, pero es algo que la vida te enseñará a manejar.
Como ves, tu vida social no volverá a ser la misma una vez que tengas hijos. Muchos amigos experimentarán esos cambios a la par contigo, y probablemente te sientas más allegada a ellos que a tus amistades solteras. Estas últimas tampoco entenderán por qué no dispones del tiempo de antes o no puedes acompañarlos a A, B ó C carrete. Pero los verdaderos se quedarán y los que no, pues buena suerte y hasta luego. ¡Será un placer haberlos conocido!
Aún con todas esas transformaciones en tu forma de socializar, ten por seguro que contemplar esa bella carita será tu elección predilecta de todos los días. ¡Y ese nuevo compañero de carretes te hará inmensamente feliz, al ritmo del soundtrack de Peppa, la Cerdita o hits como "Yo soy tu amigo fiel"!. Eso sí, aunque sea más reducido y cronometrado, nunca olvides dejar un tiempo para ti y las actividades que te apasionen. Es justo y necesario. Tanto a tu hijo como a ti misma les hará bien.
Y tú, ¿qué cambios notaste en tu vida social después de la maternidad?