Kenita Larraín nuevamente ha acaparado la atención de la prensa rosa. Esta vez, por su inminente maternidad, a la cual muchos pensaban que ya había renunciado. Y es que la controvertida modelo cursa su primer embarazo nada menos que a la edad de 42 años. Aunque parezca un caso llamativo, no es excepcional, ya que cada vez son más las mujeres que optan por buscar la consolidación personal y profesional antes de llamar a la cigüeña. Y el reloj biológico no es problema para ellas.
Lo cierto es que, con todo lo trendy que parezca la maternidad tardía, la idea no deja de ser aventurada. Particularmente, tratándose del primer embarazo. No es un secreto que, así como el cuerpo envejece, también lo hacen los gametos y el útero. A mayor edad, más alta es la probabilidad de tener un embarazo complicado. Por supuesto, hay providencias que se pueden tomar para reducir el riesgo, como la ingesta continua de suplementos de ácido fólico, visitar frecuentemente al ginecólogo o iniciar un tratamiento de fertilidad. Aún así, no hay ninguna garantía respecto al éxito del proceso.
Otro aspecto a considerar es la energía que tendrás que invertir en tu nuevo rol y si la exigencia de ésta será compatible con los hábitos que hasta ahora has desarrollado. Sí, porque la vida cambia - y mucho - al convertirte en mamá. Si llevas años acostumbrada a una dinámica de neosoltera, viajes por el mundo o el after hour con las amigas, claro, resentirás un poco el cambio. Pero la voluntad y el amor que los niños te inspiran pueden hacer maravillas. El problema es que tarde o temprano llegará el momento en que te cuestiones por qué no tuviste más tiempo para acompañarlos y disfrutarlos.
En fin: no existe una edad adecuada para ser mamá y cada quién sabe mejor que nadie cuál es SU momento. Aplaudo que éste sea el de Kenita y le deseo lo mejor junto a su bebé, así como a todas las mujeres valientes que escogen esta opción. Pero al menos yo – y lo digo a título muy personal- no tomaría el riesgo.
¿Y tú?