Amigas ¿Sí o no que la sensación de tomar un bus y alejarse de la ciudad es fantástica?
Al menos a mí me pasa, el hecho de saber que tienes que prepararte para un viaje, ordenar tu taquilllera mochila, dejar ordenada tu casa y saber que te irás por un tiempo, es totalmente relajante. ¡Además de adrenalínico!, puesto que vamos a la vida, dejamos que todo fluya y sólo confiamos en lo que nos depara el destino.
¡Lo mejor es alejarse por un tiempo y nutrirte de nuevas energías!. En especial si estás media chata de Santiago, de lo que te rodea, de algunas personas o familiares que te tiran mala onda. Un viaje te permite descubrir cosas nuevas y si vas sola mejor aún. Lanzarte a la aventura sin compañía te permite reencontrarte contigo misma. Hasta lo podrías tomar como un retiro espiritual.
¡Tomar un bus y alejarse! Es genial cuando sucede esto, le pasas tu pasaje al chofer y subes esas 'bellas escaleras' hasta que llegas a tu asiento. ¡Ohh, que emoción!. Esperas a que el bus parta y cuando ya se encienden los motores tu corazón se llena de alegría. ¡La locura!
De a poco te vas alejando de lo que no te gusta, de esas vibras negativas y te vas sintiendo ultra mega liviana ¡Es realmente increíble! Puedes ir disfrutando todo lo que ves o quizás hasta encuentres un bombón de compañero de viaje. ¿Qué mejor, no? Esa velocidad a la que vas, mezclada con hermosos paisajes lejos de la ciudad te harán sentir renovada; muy independiente y dispuesta a una nueva aventura.
¡Pero ojo! Esto es sólo para valientes, jaja.