¡El amor! Maravilloso sentimiento que nos inunda el corazón. Sin embargo, muchas veces - por orgullo o enojo - colocamos una barrera y dejamos que esa persona tan valiosa que ha aterrizado en nuestra vida se vaya.
¿Por qué? Si nos hemos enamorado hasta las patas y lo único que queremos es pasar nuestra vida a su lado. ¡No podemos ni debemos hacer eso! Es muy comprensible si estamos viviendo una aventura, un affaire, un amor de verano tan fugaz como una estrella, pero si experimentamos amor verdadero, esto es otra cosa.
Nos quedamos pegadas en una sola página, sintiendo que hemos sido pasadas a llevar fuertemente, pero ¿alguna vez nos preguntamos si lo hicimos todo bien? ¿Actuamos siempre correctamente con esa persona a quién tanto criticamos? Veamos en nuestro corazón qué pasa. De vez en cuando, viene bien un auto-análisis y reflexionar si también cometimos errores. Así dejaremos de culpar todo el rato a nuestra ex pareja por el fin de la relación.
Esta vida es una sola. No permitamos que el enojo nos haga perder 100% a quien quisimos con toda el alma, ya que cuando nos demos cuenta puede ser muy tarde. Quizás ya se haya ido o esté con otra pareja. Ahí sí que la perderemos para siempre y nunca sabremos cómo sería la historia si lo hubiésemos intentado. ¡No permitamos que el orgullo nos impida amar!
Busquemos a aquel que nos robó el corazón una vez. Seguro lo podrá hacer nuevamente, pero siempre y cuando sepamos perdonar. Dejemos los malos recuerdos atrás y estemos dispuestas a comenzar otra historia, pero esta vez felices, sin resentimientos.
Lo más importante es conversar sinceramente de todo lo que nos molestó en su momento, dejar todo, pero absolutamente todo claro, con tal de que ninguno vuelva a cometer las mismas equivocaciones.
¡Atrévanse a amar nuevamente! ¡Dejen que ese hermoso sentimiento inunde nuevamente sus corazones, pero esta vez sin dejarlo ir!