Este es un tema conflictivo en todas las parejas. Algo que siempre “saca roncha”, porque no se conversa. Y no se origina con la convivencia, sino desde que se empieza a salir.
La norma antigua indica que “el caballero paga la cuenta”, el hombre invita y todo lo demás. Si eso se extrapola a la pareja, el hombre debe siempre “descrestarse trabajando”, porque debe mantener la casa. Y con un solo ingreso, obvio que costaba - y mucho - surgir en la vida. ¿Se imaginan que las cosas hubiesen seguido así en el mundo actual? Con lo caro que está todo, seríamos un país demasiado pobre, donde hasta comprarse un chocolate se consideraría un lujo.
Afortunadamente, los tiempos han cambiado y todo se hace de a dos, por algo se llama “pareja”. Acá de lo mismo quien gana más: el tema de los gastos debe hacerse de modo equitativo. Nada de eso que el sueldo del hombre es para la casa y el de ellas es para sus gustos, salvo cuando la plata sobra. Pero como en la mayoría de los casos no es así, propongo un fondo común, en que se sumen ambos ingresos y en función de ello, se saquen porcentajes de los gastos. Por ejemplo, si él gana 2 millones y ella uno, él siempre pagará el doble que ella. Eso debe ser en todo ámbito de cosas: arriendo o dividendo, cuentas de servicios, alimentación y vestuario. ¿Las deudas? Primero que todo, se debe conversar antes de contraer algún compromiso y acordar la forma de pagar. Da lo mismo si es un crédito de consumo,la tarjeta de crédito o del retail. Se debe llevar un orden o sino… se van a la B.
Pero, ¿por qué lo de los porcentajes y compartir los gastos? La respuesta es simple, si uno solo se lleva la carga, el otro pierde la noción del valor de las cosas y en un mundo frágil e inestable como éste, donde en cualquier minuto él o ella pueden perder el empleo, es necesario afrontar las cosas entre los dos. Si existe la posibilidad de ahorro para la contingencia, bienvenido sea. Además que, al menos en mi caso, no hay nada más lindo que sentirse útil, aportar en la casa y ser partícipe del éxito de las cosas. Lo mismo cuando algo falla; también hay que ponerle “el pecho a las balas”. En las relaciones las cosas se deben hacer de a dos, ¿no creen?