"Limpiar casa/limpiar casa/limpiar casa" Así somos a veces las mujeres. Algo parecido a la Robotina, de "Los Supersónicos", jaja. Nos volvemos así cuando nos da la locura absoluta por hacer el aseo, dejando la casa ordenada e impecable.
Claro, porque en el fondo es un ritual para nosotras, que va mucho más allá de pasar paño y escoba. Es nuestro espacio; necesitamos sentirnos perfectamente a gusto en dónde estamos. Por eso, dedicamos mucho tiempo a estas tareas y nos gusta que todo quede en su lugar: lujoso, hermoso, como si hubiésemos llegado recién a instalarnos.
Al menos a mí me pasa, ya que soy una persona bastante detallista y me carga ver cosas desordenadas. Pero sin duda, lo que logra alisar mis rulos es que me molesten cuando hago aseo. ¡Odio que alguien me interrumpa en mi ritual!
Generalmente, me gusta limpiar mi casa en la noche. Me creo medio bruja o quizás lo soy. Tomo mi escoba y me dedico lugar por lugar, hasta que todo quede ultra bien y mi espacio como nuevo. ¡Luego salgo a volar! No, broma (pero me gustaría, eso sí, jaja).
Creo a varias les debe pasar lo mismo, ya que es bastante incómodo que alguien llegue cuando una está ordenando. Además, suele ser bastante vergonzoso que te vean con tu pinta de limpieza y todos los pelos parados. ¡O con la escoba cantando!, ya que estás en tu momento artístico y piensas que es tu micrófono.
Y bueno, yo feliz haciendo aseo. Pero ¡mientras nadie se me cruce en el camino!