Siempre he sido una mujer organizada. Todo lo anoto y lo escribo, para que no se me olvide. Incluso - cuando estuve en la universidad - me compré un calendario organizador gigante. Fue de mucha ayuda, pero mis amigos se reían porque me encontraban exagerada. Yo no sé qué dirían si les contara que en la actualidad, me levanto tipo 4 de la mañana, alertada por ideas que vuelan en mi cabeza. Me despierto y escribo esas ideas en una agenda que mantengo siempre a mi lado. ¿Lo encuentras muy raro?
Como les contaba antes, soy full organización. Creo que de esa manera puedo manejar todo lo que ocurre y planificar muy bien lo que vendrá. Es una súper ventaja, sobre todo, si hablamos de nuestras finanzas. Créeme que ir escribiendo tus gastos, te ayudará un montón a llegar tranquila a fin de mes. Aunque, debo reconocer que levantarse en la madrugada para anotar cosas, no es muy normal. Pero no lo puedo evitar. Me pasa cada dos días, más o menos. Claro que no siempre es a las 4 am, a veces es más temprano.
Ayer me desperté ideando la tenida para el próximo fin de semana. No sé cómo, pero ya tenía la idea completa, incluyendo los zapatos y accesorios. De verdad, queridas lectoras, me tuve que levantar para dejar plasmadas mis ideas en la agenda. Me da miedo que después se me olvide o ya no tenga suficiente claridad. Es gracioso, porque parece que mi cabeza trabaja mucho mejor durante la noche. Me he convertido en una mujer de hábitos nocturnos.
Y aunque tiene sus desventajas, como andar con sueño al día siguiente, también le he sacado provecho a esta extraña situación. Hace un mes, decidí comenzar a escribir un libro. Y ya que mi cabeza me despierta a la hora que se le da la gana, yo aprovecho para escribir y avanzar en mis historias. Es rico escribir de noche, porque el clima es mucho más agradable. Es más, corre un viento fresco, capaz de refrescar mi cabeza y ayudarme en esta tarea.
Como puedes ver, es bien rara mi conducta, pero ya estoy acostumbrada. Y me ha servido, aunque no lo creas.
¿Te ha pasado algo similar?