A lo largo del tiempo he conocido a varios bombones, unos muy guapos, otros más bien fríos, otros no tan agraciados - pero con un corazón de oro - y una vez conocí a uno al cual evitaba a toda costa. Se preguntarán por qué: ¡Era demasiado ultra mino! Y eso me aterraba, ya que nunca había estado con alguien tan galán y guapo.
Por eso me mantenía muy lejos de él y cuando me invitaba a salir inventaba cualquier excusa para no verlo. Prefería mil veces no involucrar mis sentimientos, pensando que podría salir muy dañada de esa relación. ¡Pero me equivoqué!
Generalmente pensamos que si un hombre es demasiado hermoso podría cambiarnos por otra al día siguiente; o bien, que será muy difícil permanecer a su lado, ya que todas las mujeres estarán coqueteándole (esto último es cierto, pues nunca les quitan la mirada de encima y andar en la calle con él es como pasearse con un trofeo). Pero en el fondo ¡una se pasa los rollos!.
Si ese príncipe azul con el que estás te ama de verdad y sólo quiere estar contigo, da lo mismo si es el medio mino. Lo importante es que te respete y que tú creas en él. Todo lo demás pasa a segundo plano.
Sin embargo, en ocasiones es mala idea estar con un tipo de estas características, ya que si es mujeriego y se sabe 'mino', ocupará eso para conquistar a quien se le cruce en el camino. En el fondo, no habrá mujer que pueda escapar a sus encantos.
Lo importante es nuestra intuición: saber elegir bien a la persona indicada. Aunque tu pareja sea tremendo bombonazo, si sabes que es bueno de corazón, es fiel y que jamás te cambiaría por alguien, ¡no lo sueltes!. Sigue con él aunque todas lo miren.
En el fondo, las mujeres sabemos perfectamente cuando la persona con la que estamos nos engaña y 'vende' nuestro amor. Es problema de cada una querer hacernos las tontas y creernos el cuento, ¿cierto?
¡Y que tanto si es hermoso, jaja! ¿Es un problema que lo miren todo el rato? ¡Al contrario!, eso nos sube el ego muchísimo y nos llegamos a sentir como unas verdaderas princesas de cuento. Además, nos moverán el piso todo el rato.
¿No creen ustedes?