Lo quiero demasiado y sin sus historias, muchos carretes no serían tan entretenidos. Sus teorías sobre las relaciones amorosas y cómo funciona el mundo nos sacan miles de carcajadas. Además que su síndrome de Peter Pan lo lleva a ir a interminables fiestas con gente mucho menor que el resto del grupo, por lo que muchas veces llega con modismos y canciones que ninguno más había escuchado. Sin duda, los carretes no serian lo mismo sin nuestro amigo pastel.
Es el personaje que siempre trata de llevar al resto por malos pasos, mostrándoles que el mundo está mal al tener trabajo, responsabilidades y estudios completos. Intenta convencerte de que llegar con caña un par de veces a la pega no es gran cosa. Es el chico al que todos queremos tener cerca para reír, pero lejos cuando necesitas urgente sacar un proyecto y no para de llamar, porque necesita gente que le celebre sus cosas.
Mi amigo aún no termina la universidad, no ha podido obtener un trabajo estable y mucho menos bien pagado; aún vive con los papás y las pololas por lo general tienen 10 años menos (de más está decir que no le duran mucho). Hace rato que pasó la barrera de los 30. Por más que hemos intentado aconsejarlo no quiere entender, pero eso me recuerda a cómo fuimos de adolescentes: nunca escuchábamos consejos y sólo aprendimos a porrazos de las experiencias.
Espero que pronto deje esa cómoda burbuja de Peter Pan y logre cumplir sus metas en la vida, que son mucho más grandes que andar con una chica distinta por fin de semana. Es una persona demasiado valiosa y ver cómo se pierde da una pena tremenda.
¿Conocen algún caso parecido?