Trabajar sin un descanso puede generar daños tanto en la salud física como en la tranquilidad mental, por lo que cada año, tomar vacaciones debe ser una de tus prioridades. Conoce los efectos que puede traer no salir del trabajo unos días:
Los efectos en la mente
¿Has oído hablar del síndrome “burn out”? Este ocurre cuando nuestra mente está sometida a tanta presión y estrés, que se “quema”. Claro que esto no es literal, sin embargo, los efectos se manifiestan en la conducta debido al constante cansancio en el cerebro: falta de motivación, falta de energía, indiferencia emocional, cansancio, e incluso, episodios depresivos que pueden hacer necesario el uso de medicamentos.
Además, este síndrome tiene efectos en nuestro rendimiento en el trabajo. Cuando hemos descansado, tenemos más probabilidad de tomar mejores decisiones, encontrar solución a conflictos, ser más cuidadosas y estar más motivadas e involucradas en lo que hacemos. En definitiva, no tener un break al año deriva en menor productividad.
Los efectos en el cuerpo
La mente y el cuerpo están muy ligados uno al otro, por lo que el cansancio psicológico compromete lo orgánico, y con ello, a la salud física.
Físicamente, no podemos trabajar por periodos prolongados. La adrenalina, neurotransmisor liberado por el sistema nervioso que nos impulsa a hacer cosas y nos da energía, tiene una duración limitada, por lo que antes de que logremos atravesar otro año de trabajo, nuestro organismo ya no funcionará bien. Esto causará irritabilidad, ansiedad, depresión, insomnio y dolores de cabeza.
1. ¿Qué produce en nuestro cuerpo el temido estrés?
El estrés es una respuesta natural de nuestro cuerpo a las situaciones que requieren que actuemos de forma efectiva, y puede ser muy útil para nuestra vida en niveles apropiados. Produce una hormona llamada cortisol, la que nos permite - por ejemplo - respirar más rápido en situaciones complejas para oxigenarnos, o acelerar nuestros latidos cardíacos para no sufrir isquemias (falta de sangre) en nuestros órganos.
Cuando estamos sometidos por tiempos muy prolongados al cortisol, el estrés que lo produjo inicialmente, pasa a convertirse en “estrés traumático”, lo que puede generar complicaciones en la salud y el bienestar de nuestro cuerpo, principalmente en nuestro corazón. Un estudio longitudinal realizado en 1991 en EEUU, arrojó evidencia de que existe relación entre la falta de vacaciones y las enfermedades coronarias crónicas en la vejez, aumentando casi al doble la posibilidad de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular. El estrés incluso presiona las venas y arterias, por lo que la sangre fluye más rápido, y a la larga esto puede generar riesgo de hipertensión.
El cortisol se asocia además al envejecimiento, por lo que un exceso de esta hormona puede acelerar el proceso de decaimiento físico.
Aparte de los efectos arteriales y coronarios, el estrés crea inflamación en las células del cuerpo. Científicos y médicos han descubierto que las personas con psoriasis, asma y colon irritable - enfermedades inflamatorias - sufren más malestar cuando no tienen vacaciones.
2. ¿Qué ocurre con el sistema inmunológico?
No tomar vacaciones debilita nuestro sistema inmunológico, por lo que tendremos más probabilidades de sufrir infecciones, resfríos, gripes, colon irritable, dolores de cabeza e incluso anemia. Las personas bajo estrés crónico son más susceptibles a enfermedades inmunológicas más graves, como el lupus.
3. ¿Y con el sistema digestivo?
El vivir bajo presión y no tomarse un descanso por mucho tiempo, aumenta los problemas digestivos. Para las mujeres, el colon irritable es un problema con que debemos lidiar a diario y que aumenta cuando estamos bajo presión continua sin un break, ya que se acompaña además de dolores estomacales por náuseas, diarreas y constipación, llegando incluso a aumentar la posibilidad de crear úlceras.
Como ves, una de las necesidades más importantes para nuestro cuerpo es descansar. Tanto o quizás más importante que alimentarse. El tener un tiempo para relajarse, desconectándose de la rutina y cansancio que genera el trabajo, contribuye tanto física como emocionalmente a renovarnos y prepararnos para enfrentar lo que venga. De esta forma reducimos la tentación de caer en malas practicas, ya que el estrés nos puede llevar a desarrollar ciertas conductas adictivas como beber alcohol, fumar compulsivamente, comer en exceso o abusar de las drogas.
Hay ocasiones en que tomar unos días de vacaciones es imposible, ya sea por trabajo, porque estamos estudiando, o porque justo en nuestros deseados días de descanso ocurre un evento que nos impide salir y hacer lo que queramos. Algunas formas de lidiar con ello son leer , dormir más temprano, ejercitarse, desconectarse de las redes sociales, o bien tomarse unas mini vacaciones: 3 días de relajación bastarán para recuperar un poco de tu energía.