No es primera vez que lo admito acá: soy una summer grinch y hay algo con lo que sufro todos los veranos. Se trata de un problema que me tiene metida en la peluquería, asegurándome de llevar pinzas en mi cartera con mayor prioridad que las llaves y el celular, además de una gran cantidad de exfoliantes esperándome para cuando vuelva a Santiago: la maldita depilación en verano.
Todos los años sufro por lo mismo. Paso el verano en la playa por trabajo y la depilación es tema, ya que no estoy en mi hábitat y tengo que encontrar nuevas peluquerías. No alcanzan a pasar dos semanas y ya se ven pelos, por lo que estoy con jeans muriendo de calor. Cada vez que llego al departamento, me encierro en el baño con esas esponjas milagrosas, haciendo lo posible por ver algo de crecimiento y así poder ir con la depiladora. Ironías de la vida: si quieres verte bien y usar cera, debes estar peluda para lograr el proceso.
Además, como comienzo a sacar pelos con pinza, otros salen con la cera y muchos se incrustan. El verano pasa a ser temporada de pelos encarnados, donde cada dos días me exfolio, sacando la piel muerta e intentando que esos vellos vuelvan a la normalidad. Pero lo peor es usar jeans, ya que con más de 28 grados deberían estar prohibidos. Es asarme o andar peluda por la vida y en la segunda no transo.
No sé si yo soy muy cuática con el tema o es igual para todas ustedes… ¿A alguien más le ha pasado?