Oscar Wilde dijo alguna vez, que “quererse a sí mismo, es el inicio de un romance para toda la vida”. Fan del escritor, siempre he intentado vivir mi vida en base a ese lema; sin embargo, las inseguridades siempre salen a flote y en definitiva, quererse se vuelve difícil.
Pero hay ciertos días maravillosos en que nos levantamos con una energía diferente, con una perspectiva distinta y la noción de que podemos conquistar el mundo.
¡Qué sensación más increíble sentirnos confiadas y felices sin razón alguna! ¡Libres y dispuestas a enfrentar lo que venga!
Cuando tengo esos días, intento disfrutar al máximo cada momento. Aprovecho de ponerme ese vestido que jamás uso, porque siento que me queda mal; saludo atentamente a todo aquel que se cruza conmigo, bailo sin razón en el living de mi casa, acaricio muchas veces al perrito que duerme afuera de mi oficina en el trabajo, y por alguna razón la vida se siente más fácil. Yo misma me siento más liviana en el mundo, como si no pesara y eso me hiciera libre. ¿De qué?, no lo sé, sin embargo es una sensación que pocas veces se logra experimentar.
Uf, ¡ojalá cada día nos sintiéramos así de confiadas!