Vas por la calle tranquilamente y de un momento a otro te quedan todos los pelos parados. ¡Ups!, pero no es porque te hayas hecho algún nuevo look, sino porque escuchas unos 'suaves gritos', jaja.
Y claro: frente a ti está discutiendo una pareja de enamorados. Si los vieras regaloneando apasionadamente sería muy diferente. Hasta te darían ganas de llegar y plantarle un beso al bombón de tus sueños, pero como no es así, quedas paralizada. Lo peor es que después de un rato, ya no sólo tienes los pelos parados, sino que tu genio comienza a cambiar y te salen humos por la cabeza.
Es casi como el programa "Y tú, ¿qué harías?". Varias de nosotras podemos encontrarnos con estos episodios desagradables. El punto es si interferir o no, pero no es nada fácil; nunca sabes qué pasa por la cabeza de quienes discuten ni por qué comenzó el conflicto. A mí parecer, es mejor distanciarse. Como dicen, "en líos de pareja no hay que meterse" o puedes quedar peor que los protagonistas.
Sin embargo, resulta totalmente incómodo presenciar una situación así, ya que como espectadores quedamos de manos atadas. Tampoco es grato escuchar la vida de los demás ni que anden ventilando sus asuntos personales. Además, nos pueden bajan el ánimo. ¡Imagínense ver un show así!. Si estamos solos, no nos da mucho entusiasmo para establecer una relación amorosa y si estamos en pareja, podemos recordar algún momento similar o terminar en lo mismo sin darnos cuenta.
En el fondo, todo lo que vemos nos afecta de una u otra forma, consciente o inconscientemente. Por eso es preferible alejarse de todo lo que nos dañe o nos provoque sentimientos negativos.
Si vemos parejas discutiendo, deseémosle lo mejor y que ellos arreglen sus conflictos. ¡Sólo vivamos tranquilas y dejémonos fluir con la vida! ¡Es lo mejor!