Tras un par de años fuera de la ciudad, regresé al hogar que me vio crecer y en el aún se encuentra viviendo mi hermana menor. Claramente, volver a estar cerca de ella es súper agradable, pero el hecho de que yo haya vivido "en la capital" y ella se haya quedado en la región nos tiene con perspectivas muy distintas respecto a la moda. Yo me transformé en una suerte de referente para ella a la hora de vestir.
La verdad es que esto en un principio no me interesaba e incluso lo encontraba gratificante. Sin embargo, con el paso de las semanas el "préstamo" de ropa y la evidente copia de prendas me comenzó a preocupar. Entonces ¿cómo tomarse esta "clonación"?
En mi caso, la relación con mi hermana es súper buena y nos ponemos de acuerdo cuando queremos usar una prenda igual para no vernos tan ridículamente hermanables. Sin embargo, a aquellas que nos les gusta que les saquen sus prendas o directamente les copien el look, tendrán que conversar con su nuevo clon. Porque la situación es prácticamente una bobada y hacer una tragedia de una blusa repetida es absurdo.
Chicas: recuerden que siempre el mejor camino es la conversación. La relación entre hermanas es inquebrantable; ella será la mejor confidente que puedas tener, pero también la persona con que tendrás las peleas más brutales.