Celos entre amigas

El cine, el pub, un paseo a la playa o Fantasilandia, todo es una aventura junto a nuestras queridas amigas. Con ellas nos la pasamos de lo más bien, podemos ser nosotras mismas, disfrutar, reír, llorar y gritar, ya que son como nuestras hermanas.

Sin embargo, cuando nos invade un enemigo llamado 'celos', todo cambia y no para mejor.

Pueden ocurrirnos distintas situaciones; por ejemplo, que nos hierva la sangre cuando nuestras partners prefieran a otra amiga o descubrir que esa persona le está hablando mal de ti. Lo único que quieres en ese momento es que la susodicha se vaya a otra ciudad y desaparezca del mapa. Y claro, si está bien que seamos buenas, pero tampoco podemos pasar por tontas.

En estos casos la situación es compleja, ya que tu corazón comienza a romperse en pedacitos si te das cuenta que las salidas de antes ya no tienen espacio y has sido vilmente reemplazada por otra. ¿Pero por qué tantos celos? Súper simple: la adoramos con el alma y - al igual que en una relación de pareja -, tendemos a defender lo que siempre ha estado junto a nosotras.

También está el caso que a veces entre mujeres podemos ser algo envidiosas. Esto pasa si en algún momento queremos tener lo mismo que nuestra amiga. Quizás no lo hacemos con mala intención, pero se da. Si bien el vínculo siempre estará, es difícil contenerse cuando una de tus BF's tiene todo lo que sueñas y no posees: una familia a todo dar, minos ricos a granel o pasa viajando a otros países. Claro, si el cariño es verdadero nos alegraremos, pero si ha habido un distanciamiento en más de una ocasión sentiremos celos, aunque sea sin querer.

Cuando nos pase esto, es el momento de colocar un ¡stop!, ya que son nuestras amigas de las que estamos hablando y no enemigas. Son las personas que siempre han estado a nuestro lado y nos han apoyado en buenas y malas. Alegrémonos por sus logros, sea cual fuere el ámbito, puesto que la vida da mil vueltas. Nunca sabremos si algún día seremos nosotras quienes tendrán la misma fortuna, y en ese caso no nos agradaría ser víctimas de celos o envidia.