Lo queramos o no, comparar a nuestro galán con el ex es ¡inevitable! Y no, no me digas que no lo has hecho, porque yo sé que sí. La vara que utilizamos para medir el buen funcionamiento de nuestra relación no sólo son las grandes expectativas que tenemos de ella, sino que también lo bien o mal que fue nuestra aventura anterior.
Y si nuestro ex nunca nos invitaba a comer (¡qué patán más grande!), las salchipapas que tu pololo te compró el otro día te parecieron una maravilla. Ah, pero si tu ex te llevaba a los restaurantes más lujosos de la ciudad, los completos que tu pareja te preparó ayer te parecieron de un terrible mal gusto.
Pero dejando la superficialidad y mi amor por la comida de lado, un área de inevitable comparación es el rendimiento sexual. Y es que el desempeño y la química en la cama es algo importantísimo en la relación, sobretodo si estamos pensando a largo plazo. Y aunque a nuestros galanes les pueda disgustar enormemente el tema (y por lo mismo, ¡no se lo menciones!), vaya que a nosotras sí que nos sirve. Porque las habilidades amatorias siempre pueden ser mejoradas, la comparación no tiene porqué ser algo malo si emprendemos las acciones adecuadas.
Deja que me explique: mi ex era un hombre muy ardiente y apasionado, y claramente sabía lo que hacía a la hora del sexo. A veces era algo brusco y mandón, y eso me encantaba. Cuando terminamos y al tiempo comencé mi nueva relación, compararlos fue inevitable. Mi pololo era un amante tierno, cariñoso y preocupado. ¡Nada que ver con lo que a mí me gusta!
Comencé a extrañar a mi ex, inevitablemente. Recordaba nuestras noches fogosas, y me lamentaba al respecto. Pero pronto decidí tomar cartas en el asunto: hablé seriamente con mi pololo, y le dije que quería probar cosas nuevas. Le comenté que el sexo a mí me gustaba de otra forma, y él me dejó guiarlo.
Y vaya, ahora que los comparo (no puedo resistirme, ¡lo sigo haciendo!) mi galán actual le pega mil patadas a mi ex. Y si antes extrañaba nuestras noches de pasión, hoy por hoy tengo varias críticas constructivas que hacerle. La verdad, no era tan bueno como creía, ¡jaja!
Y tú, ¿comparas a tu ex con el actual?