¿Sientes que te hinchas constantemente?. ¿Esos preciosos pantalones que vestiste en la mañana parecen a punto de reventar al mediodía? O bien, ¿el vientre abultado es una sensación crónica, que te acompaña noche y día, dejando sólo intervalos de bienestar?. Entonces, atenta: si no se trata de un problema de tránsito lento, el origen de este malestar puede ser la gastritis.
Esta afección consiste en la inflamación de la mucosa gástrica, capa celular que recubre las paredes del estómago. Generalmente es consecuencia de malos hábitos alimenticios o de vida, tales como el tabaco, alcohol, una alimentación inadecuada o el consumo de fármacos determinados. También puede deberse a cirugías importantes en el historial médico o infecciones, como la producida por la bacteria Helicobacter pylori (antesala de enfermedades más graves, como el cáncer gástrico o la úlcera duodenal, así que ¡ojo!). Por lo mismo, es importante que si tienes episodios constantes de malestar, consultes con un especialista.
De no encontrarse presente la mentada bacteria en tu organismo, la gastritis tiene un muy buen pronóstico. Para contrarrestar sus molestos efectos - y la forma en que alteran tu vida cotidiana - probablemente tu médico tratante prescriba antiácidos y cambios en tu dieta, como la supresión del consumo de gaseosas y otros alimentos o fármacos que puedan irritar las paredes del abdomen. No obstante, para tratar de manera efectiva el problema, es necesario hacer una adecuada detección a través de exámenes como la endoscopia y biopsia. De ahí a que sea tan importante que consultes con un médico instruido en la materia.
Tratar la gastritis crónica te permitirá aliviar de esa molesta hinchazón que no da tregua, los sonidos incómodos en tu estómago y el dolor que experimentas tras consumir ciertas comidas, además de prevenir complicaciones futuras. Así que no lo pienses más y ¡agenda tu hora a la brevedad!.
Y tú, ¿has sufrido los embates de la gastritis?