Una enamorada de las letras y las cartas. Así es como Ángeles Doñate, periodista y escritora “catalana-española”, se define . La autora de “El invierno que tomamos cartas en el asunto” , una mágica historia epistolar, conversó largamente con Fucsia acerca de su obra y su particular relación con Chile.
A eso de las 13:20 llegó al “Espacio Luciérnaga”, ubicado en Avenida Italia 1228. Un acogedor café literario con sala de arte y librería, el ambiente perfecto para hablar de lo humano y lo divino. Disfrutando de un sabroso almuerzo, Ángeles habló acerca del lanzamiento de su obra en nuestro país. “El invierno que tomamos cartas en el asunto” es su primer libro en solitario y opera prima a nivel de novela (antes había incursionado en temas de autoayuda y una bitácora de viajes por el sur de Chile).
En esta, su nueva obra, nos invita a adentrarnos en el mundo de Porvenir y la cruzada de sus pobladores por salvar del cierre a la oficina de correos (y de paso, el empleo de Sara, la mensajera del lugar). ¿Cómo lo hacen? Escribiendo cartas anónimas, que la misma cartera debe entregar a lo largo y ancho del poblado. “La idea es construir una cadena tan larga que llegue hasta la capital y tan fuerte, que nadie allí la pueda cortar”
El texto, traído a Chile por Ediciones B, ha sido traducido en 5 idiomas y es un éxito de ventas en Europa. Ha logrado gran aceptación en España y va por su tercera edición en Italia. En estos días se lanza en Polonia, tal como se está realizando en Chile.
Ángeles, te enteraste de una manera particularmente emotiva, que el libro se estaba comercializando en Chile…
“No sé si existen las coincidencias, pero ocurrió una historia muy particular. Desde noviembre pasado me encuentro en Chile, por razones de trabajo (es asesora comunicacional de una institución que trabaja con inmigrantes) y recibí un mensaje mediante redes sociales, donde emisarios de una fundación, me pedían un ejemplar de “El invierno…", para regalárselo a una niña con una grave enfermedad.
Su historia me impactó tanto, que me hubiese encantado entregárselo personalmente, hecho que lamentablemente no he podido concretar por su estado de salud. Por eso, decidí escribirle una carta. Me tomó algún tiempo escoger el papel, la tinta y el sobre, tal como se esmeran algunos personajes de la novela. Mi idea fue entregarle un poco de esperanza y fuerza para su difícil tratamiento. Es una niña de 14 años que tiene cáncer de médula ósea. Las quimioterapias son desgastantes y dolorosas. Ojalá pueda experimentar una mejoría para poder conocerla; es algo que espero concretar pronto."
“El invierno que tomamos cartas en el asunto” es también una historia que cala hondo en las emociones. Destaca que - durante la narración - haces diversas referencias a Chile. Ésta una relación que no viene de ahora, sino desde una de tus obras anteriores: “Cuadernos de viaje de Santiago a Puerto Williams”. ¿Cómo se gesta ese nexo entre una periodista europea y un lejano país de Latinoamérica?
“Desde pequeña me gustó mucho la historia y la literatura latina. He leído más a Borges, a Neruda, a Galeano, a Allende o Benedetti que a autores europeos; pero resulta que todo esto no pasaba de ser una cuestión de gustos literarios. Hasta que una amiga me invitó a acompañarla a un viaje por la Patagonia. No lo pensé, fue un impulso instantáneo. Le dije ok, tomé mi mochila y partimos a los pocos días. El resultado de esa travesía quedó plasmado en “Cuadernos de viaje”; me enamoré del paisaje de la Patagonia.”
Ese amor también se ve reflejado en tu nueva obra, donde haces variadas menciones a Chile y la Patagonia en general... De partida, Porvenir es un poblado austral…
“Claro, el Porvenir español - donde está ambientada la historia - es ficticio, pero lo “hermano” con su par austral. Cuando viaje al sur no conocí el poblado original, pero me llamó la atención la belleza del paisaje patagónico y los nombres de los poblados como éste, Puerto del Hambre y Última Esperanza. Chile tiene parajes maravillosos y se los recomiendo siempre a mis amigos en Barcelona. En un viaje posterior, también conocí el desierto de Atacama y hoy estoy dividida entre dos amores. El norte también es hermoso.”
"Cuando uno escribe una carta, entrega parte de su tiempo y de su alma”, señalas en el libro… ¿Cuánto de Ángeles hay en la obra y en los personajes?
“Es una pregunta que me hicieron en el lanzamiento en España y dije espontáneamente que bien poco; sin embargo, mi hermano, que estaba presente en el evento, saltó a contradecirme. Es mentira, señaló. Hay un poco de Ángeles en cada personaje. El amor por las letras de Alma, la pasión por viajar que muestra Alex y el apego a sus raíces que caracteriza a Rosa.”
Estas apreciaciones se confirman durante la entrevista y el repaso de las acciones, donde cada respuesta de Ángeles evoca a alguno de los habitantes de Porvenir. Finalmente, la escritora envía un mensaje a los lectores de Fucsia, para que se dejen atrapar por “El invierno que tomamos cartas en el asunto”.
Junto con esta bella dedicatoria, Ángeles nos invita a leer su obra: “Es un texto que, si bien presenta variadas temáticas femeninas (por los secretos que las mujeres de Porvenir cuentan en sus cartas), es recomendable para todo público. Es una novela bien intencionada, donde aún los más recónditos secretos de los personajes carecen de maldad. Se la recomiendo a los amantes de las letras, de las cartas, a quienes estén conectados con la sensibilidad femenina y a todos aquellos que quieran pasar un grato momento, lejos del estrés y las complicaciones de la vida cotidiana.