Debo confesarte que, hace algún tiempo, no sabía distinguir a un amigo con ventaja de algo más. ¡Para mí todos eran como pololos! Como puedes imaginar, la mayoría de las veces terminaba con el corazón roto, pues más temprano que tarde terminaban marchándose sin dar mayores explicaciones. Y como me preocupo por ti y no quiero que sufras innecesariamente, deja que te cuente algunas de las cosas que aprendí después de tanto pastel.
Lo primero es que ellos nunca (¡pero nunca!) me preguntaban qué éramos o qué esperaba yo de la relación. Recuerdo que una vez estuve saliendo seis meses con un chiquillo, y como encontré que ya era tiempo suficiente, decidí preguntarle “sobre nosotros”. En fondo tenía miedo, porque sabía su respuesta. Seamos sinceras, amiga mía: nosotras siempre sabemos. Nuestra gran intuición nunca se equivoca, ¡sólo que nos hacemos las sordas!
El chiquillo en cuestión se complicó un poco ante mi pregunta, y me tiró la pelota de vuelta: “pensé que ya sabías”. No poh, ¡no sé! Me costó un mundo sacarle la verdad, porque ellos saben que una vez que te lo dicen, te das cuenta que han estado “pasando el rato” contigo. Después de insistirle, finalmente me lo confesó: “yo no quiero nada serio, me gusta mi soltería y quiero seguir así”. ¡Plop! Durante seis meses yo me consideré saliendo con alguien, mientras que él seguía haciendo de las suyas como si nada.
Fue mi error, lo sé. Aunque a veces nos de lata tener “la charla” (porque nos han hecho pensar que somos unas rollentas), es imprescindible que lo hagas. Perdí seis meses con un tipo que no quería nada serio conmigo, sólo porque no puse los puntos sobre las íes antes. Si en este momento sales con un chico y sientes que tu corazón se está involucrando demasiado, habla con él. ¡Hazlo! No intentes resolver el misterio buscando señales, porque somos expertas en engañarnos a nosotras mismas.
Ahora, imaginemos que tuviste la charla, y que tu galán te dijo que “están en algo”. ¡Bacán! Pero, ¿cómo saber si es verdad? Pues he descubierto que un factor fundamental es que te presente como su pareja (o algo parecido) a sus amigos y a su familia. Todos los hombres que han querido un compromiso conmigo no tardan mucho en presentarme a su círculo cercano. Por el contrario, un amigo con ventaja sólo saldrá contigo a carretear y, con mucha suerte, te invitará un helado en el parque. Él no te incluye en su vida, por más que tu desees ser parte de ella.
Y tú, ¿cómo sabes si están en algo más?