¿Tienes alguna de esas amigas partner, de esas que si te pasa algo quieres contarle todo con lujo de detalles? ¿O que aunque no veas tan seguido la química sigue siendo la misma? ¡Yo también! Bueno..., tenía. Me decepcionó feo, y no sólo a mi sino que a toda mi familia. Los detalles son irrelevantes, pero no es algo que se borre tan fácil de mi mente ni de mi corazón, que se quebró en mil pedazos. La traición se siente feo, ¿verdad?. No sé si les ha pasado, pero por lo menos yo empecé (inevitable y tristemente) a dudar de casi todas mis relaciones. Siempre trato de entregar todo, pero a raíz de esto he escuchado mucho las frases "es que ya no se puede confiar en nadie" o "nunca hay que poner las manos al fuego".
Las escucho, pero me rehúso a pensar que no se pueda confiar en la gente y trato de no dejar esas palabras tan marcadas en mi cabeza. Tengo la esperanza de que no siempre será así, porque no soy de muchos amigos, pero de que es difícil traicionada, no hay duda.
Quizás a través de ese dolor es que conocemos más a otras personas, como ha sido mi caso: he sentido mucho el cariño de otras amigas, de mi pololo y nos hemos acercado mucho con mi hermana. Confieso que me costó ver la luz al final del túnel cuando la decepción me dio una cachetada gigante pero quizás las otras frases clichés que escuché como "todo pasa por algo" o "quédate con los buenos momentos y da vuelta la página" también tienen algo de verdad.
Gente entra y sale de nuestra vida de diferentes formas, pero creo que siempre debemos estar agradecidos porque esa amiga que ya no está ahí para oír mis confidencias con lujo de detalles. En algún momento lo estuvo, me apoyó y yo la apoyé cuando me necesitó. Más adelante quizás encuentre el porqué de todo o quizás no; ya que como dice otra conocida frase "después de la tormenta, siempre sale el sol".
Y tú, ¿has sentido el dolor de una traición?
Colaboración enviada por Carolina Castillo F.