¿Te hablé alguna vez sobre mi papá? Un hombre que, a pesar de ser comportarse como un verdadero ermitaño la mayoría de las veces, es bastante sociable. Es ese típico ejemplo de la persona que es un “ogro” en casa, y con los demás es todo un amor. Lo que los demás no saben es que, en cada almuerzo de día sábado, tenemos que aguantar la interminable lista de “faltas” que cometieron contra él.
Así es: la alegría de mi papá depende casi por completo de si su amigo lo llamó, si lo invitaron a almorzar, o que tan rápido le respondieron aquel mensaje en WhatsApp. Tiene tantas expectativas respecto a cómo debería ser el comportamiento de los demás para con él, que olvida disfrutar el momento y nos termina amargando a todos. ¡Todo es una queja porque nada resulta como él quiere!
Seguramente sabes de lo que hablo, porque todas las personas actuamos así en algún momento. Ya sea con nuestra pareja, amigos o familia, son muchas las ocasiones en que esperamos que se comporten de tal o cual modo, y sólo así seremos felices. Por ejemplo, “si mi pololo me prestara más atención, yo sería feliz”, “si mis amigas pasaran más tiempo conmigo, mi vida iría mucho mejor” o “si mi familia me apoyara más, yo no me sentiría tan mal”.
No te mentiré, ¡yo siempre ando diciendo ese tipo de frases! Pero gracias al terrible ejemplo de mi papá y su amargura, sé que no es para nada sano otorgar tanto poder a los demás sobre nuestra felicidad. Por supuesto que es maravilloso cuando nuestro pololo anda pendiente todo el día de nosotras, pero lo ideal sería que nos sintiéramos bien con o sin esa atención. Porque una vez que ya no está… ¡nos sentimos fatal!
¿No ha llegado el momento de que aprendamos nuestra lección? ¿No hemos sufrido suficiente ya? Con mi papá me di por vencida, pero sé que tú y yo podemos cambiar. A estas alturas de la vida creo que ambas comprendimos que ser feliz depende, antes de nada, de nosotras mismas. Las personas van y vienen en nuestra vida, y sólo hay una que estará contigo hasta la muerte: tú misma.
Y tu felicidad, ¿depende de los demás?