No sé si es anécdota o qué, pero lo que le pasó a una amiga en Twitter es digno de ser contado para que nadie lo repita. Para contextualizar, les cuenta que ella siempre ser ha movido en ambientes de puras chicas, lo que le da poco conocimiento sobre las perspectivas masculinas.
Luego de años intercambiando @ con un chico en Twitter, decidieron juntarse. El primer error que cometió fue no querer ir a un lugar público, por miedo de encontrarse con más gente y contarles en qué estaba. Justo esa semana sus papás fueron de vacaciones y su hermano trabajaba hasta tarde, así es que decidió invitarlo a su casa. Preparó cosas bien ricas, un vino y por cosas del destino, hacía poco habían instalado luces regulables y ella no las sabía usar. Estaban bastante bajas. Imaginen lo que debe haber pensando este chico apenas llegó.
Cualquier hombre asume con este ambiente que está en medio de una booty call, así que el chico se lo tomó en serio. Además, mi amiga andaba con una polera de espalda muy baja y sin sostén. Como todo parecía llamar a una noche de pasión, no fue capaz de notar que ella usaba la parte superior del bikini, cuidándose de no mostrar su ropa interior.
Todo terminó con el vino en la cara y camisa del chico, además de la gran lección de que si quieres juntarte con un desconocido, lo mejor es que sea en un lugar público. Así no te arriesgas a que alguien intente aprovecharse de ti. Demás está decirles que mi amiga lo bloqueó de sus redes sociales y nunca más en la vida quiere probar una cita a ciegas.