Está bien creer en la carta astral, que estamos regidas bajo ciertos patrones y la luna dice mucho de nuestros ciclos personales. De hecho, la carta astral nos muestra dónde estaban los astros en el momento que nacemos, aunque sin adivinar el futuro. Por eso, creer en el horóscopo a ciegas, como si fuera la única ciencia exacta, es un poco too much…
Conozco el caso de una ex compañera de trabajo que se obsesionó. Comenzó metiéndose en páginas de Internet que le daban su carta astral, para luego ir donde un astrólogo. Hasta ahí todo bien; no obstante, comenzó a bajar cuanta aplicación existe sobre horóscopo, a vestirse de distintos colores según el día de la semana, a ir a tarotistas, brujas, chamanes y una cantidad tremenda de charlatanes que le decían distintas cosas. Sobra decir que además de llevarse gran parte de su sueldo, le intensificaron esta obsesión.
Mucha gente - me incluyo - utiliza una cinta roja o una pulsera de plata en la mano; ella ya tiene un atrapasueños, un ojo turco y un gato chino en su escritorio, además de la feria artesanal completa colgada entre las manos, cuello y orejas. También dejó de compartir con gente ciertos días de la semana, porque estos corresponden a las sanaciones. No tiene plata ni para ir al cine, porque se lo gastó todo en unos baños y desconfía de algunos sólo por su signo del zodiaco.
Encuentro que igual que cualquier tema, cuando te obsesionas y pasas a ser monotemática está mal. Estudiar astrología seriamente es una ciencia y la carta astral, un trabajo que no cualquiera desarrolla, pero hay que saber distinguir a quienes sólo quieren sacarnos plata. ¿No les parece?