Vas a ver a tus papás el fin de semana. Después de preguntarte por tu vida y compartir un rico almuerzo, deciden sentarse a ver una película. Todo va perfecto hasta que de pronto comienza una escena de sexo entre dos personajes. Lo único que puedes hacer en estos casos es clavar la mirada en la pantalla, poner tu mejor cara de poker y esperar que las imágenes acaben pronto, mientras rezas porque no haya más.
Da lo mismo cuánto quieras a tus papás, lo bien que te lleves con ellos y la confianza que les tengas; el descrito es un momento incómodo en el que te maldices por haber elegido esa película o no haber sugerido un entretenido juego de mesa. En parte porque te preguntas si ellos te imaginan teniendo sexo de esa forma; o incluso se te pasa por la mente preguntarte si ellos se están mirando con una sonrisa cómplice durante esa escena.
Claro, si eres de las que habla abiertamente de sexo con sus padres tal vez hasta se sirvan unas ricas y heladas cervezas y hagan una detallada crítica a la escena; pero en caso de que seas como el resto de los mortales, querrás que te trague la tierra o tal vez incluso busques alguna excusa para salir del lugar unos minutos.
Como consejo, no es mala idea buscar algo de información sobre la película en cuestión y hacerte una idea de lo que se viene. Así, si se viene una escena caliente, al menos ¡no te pillará por sorpresa!