Si eres amante de las bodas, misterios e historias paranormales, seguro que la Pascualita de Chihuahua no te dejará indiferente. Y es que entre los mitos urbanos de la ciudad mexicana, esta maniquí de tamaño real y aspecto inquietantemente humano tiene un lugar de privilegio. Muchas son las teorías que intentan explicar el detalle con que fue confeccionada: sus ojos parecen animados, y sus dedos replican con minuciosa perfección las falanges e incluso huellas dactilares de un ser humano.
El hecho concreto es que “Pascualita” - quien en un comienzo recibió el nombre de “Chonita” - hipnotizó a Pascuala Esparza, dueña de la conocida casa de novias azteca “La popular”, en Francia de los años 30's. La figura de cera, ojos de cristal y cabello natural mostraba tal perfección que parecía verdadera. Fue su belleza la que convenció a la modista de que se trataba de la indicada para lucir sus creaciones, así es que no dudó en convertirla en el ícono de su tienda. Pronto, la concurrencia notó el evidente parecido entre la muñeca y Pascuala, así es que la bautizaron con el mismo nombre de la empresaria.
Fue entonces que el imaginario popular hizo lo suyo, comenzando la leyenda. Se cuenta que Pascuala Esparza fue madre de una joven, heredera de su gran belleza y elegancia. La muchacha se comprometió en matrimonio y estaba a punto de llegar al altar, cuando fue mordida por un alacrán que se ocultaba en su diadema. La dueña de “La Popular”, desconsolada ante su pérdida, decidió embalsamarla y llevarla hasta su tienda, convirtiéndola en una suerte de “novia eterna”. Así podría, además, admirar su belleza y sentir su presencia hasta el fin de sus días. ¡Freak!, ¿verdad?.
El boca a boca tuvo tal repercusión, que incluso habría llevado a la policía a inspeccionar el cuerpo, confirmándose que sólo era un maniquí. No obstante, hay personas que afirman haberla visto en las noches, deambulando por las calles de la ciudad. Más de algún habitante de Chihuahua perjura que la muñeca desaparece del escaparate durante la madrugada, y no son pocos los que aseguran haberla visto llorar, sonreír e incluso sudar bajo las luminarias de la tienda. Contribuye al mito el hecho de que sus cambios de atuendo en la tienda son hechos por los dependientes con gran reserva y ceremonial. ¿Qué tal?
Pese a que no faltan quienes consideran espeluznante pasar junto a la figura y prefieren evitarla, lo cierto es que cariño es el sentimiento que más despierta Pascualita entre sus vecinos. Su presencia en las vitrinas de la aún vigente tienda “Popular” (más conocida ahora por el nombre de su creadora y del maniquí que la convirtió en leyenda) es un punto obligado para cualquier turista. Además, a la muñeca se le han atribuido ciertos milagros y es muy querida por las novias, quienes afirman que usar durante la boda el mismo vestido que ella modele, es la mejor garantía para un feliz futuro.
Y tú, ¿habías escuchado hablar de Pascualita ¿Qué opinas de su leyenda?