Vives un día normal, hasta que dos policías tocan a tu puerta: hubo un accidente de autos. Un hombre y una mujer han muerto; el hombre es tu marido y ella, posiblemente su amante. Duro golpe, ¿no te parece? Es lo que le ocurre a Ellie, para quien la vida parece acabarse. Pero ella no dejara que todo quede así.
"Los muertos no hablan", se presenta ante el mundo como una novela detectivesca. Su misión, página tras página, es encontrar la verdad ¿Cuál? La que necesita conocer Ellie, quien si bien acepta la muerte de Greg, su amado esposo, se niega a creer que aquella mujer desconocida por todo su núcleo era su amante. Desde ese día, su único propósito será saber qué ocurrió realmente. Para ello hará cosas que nunca imaginó, valiéndose de toda la agudeza y astucia que sólo una mujer dolida puede tener.
Es un tremendo libro en cuanto a sentimientos: a los cuestionamientos de la pérdida, de la muerte, la verdadera felicidad y el amor. Los procesos internos de la protagonista, lejos de ser cliché, muestran una realidad casi palpable, sensible y completamente humana. Esto, sin llantos fingidos ni sollozos en la almohada.
En momentos raya en la locura, pero quienes hemos amado y perdido, sabemos que el dolor enloquece tanto como el amor. La angustia del engaño, la negación de lo que el mundo dice - aunque esté equivocado - la desazón de la incredulidad y aún así, el deseo de seguir luchando para comprobar que todo fue real.
Es decidora y trascendente en cada una de sus páginas. Una novela intensa, con una historia que para nadie será ajena. Es más, a todos nos puede pasar. De lenguaje simple, pero cercano, “Los muertos no hablan” estremece hasta lo más íntimo y entretiene al lector hasta el punto de no querer parar.
Los muertos no hablan, pero las letras de Nicci French - que no es una sola persona, sino el matrimonio conformado por los periodistas Nicci Gerrard y Sean French - expresan mil cosas en cada una de sus páginas. Traído a Chile por Ediciones B, es uno de los imperdibles para esta temporada.
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