Existen varias maneras de hacer feliz a tu pareja y otras muy divertidas y originales para pedirle la mano.
Así fue la historia de un amigo mío, cuando quiso formalizar la relación con su actual mujer.
Tras mucho pensar, decidió hacer algo fuera de lo común y no repetir lo que casi todo el mundo hace: ir a cenar y antes del postre, ¡pum! te saco el anillo y mientras todos nos miran, te pido matrimonio. Esto puede provocar gran vergüenza en la aludida, llevando a que no sepa ni qué contestar.
Marcos quería dar un paso más e intentó mezclarlo con una de las pasiones de su entonces novia: los parques de atracciones. Tranquilamente en casa, pensó a conciencia la situación para que nada saliera mal. No había muchas posibilidades de repetir; tenía que salir perfecto a la primera o todo sería un desastre.
Se dispuso a escribir en un papel tipo folio la frase: ¿Quieres casarte conmigo?. La escribió en letra bonita, lo más grande que pudo, ocupando prácticamente todo el papel. Lo envolvió tipo pergamino para que no se doblase y quedara arrugado, lo que también haría más fácil desplegarlo en el momento adecuado. ¡Sólo tendría unos segundos para ello!
Un día cualquiera, compró unas entradas para el parque de diversiones que se encuentra en su ciudad y llamó a su novia para darle la grata sorpresa. Con esto había ganado muchos puntos, a ella le encantaban las atracciones.
Después de recorrer casi todos los aparatos, dejaron lo mejor para el final: la gran montaña rusa, adictiva para ella y con un final que jamás iba a suponer.
Marcos y Laura subieron y se sentaron. Él llevaba el pergamino escondido en su chaqueta. Cuando estaban en mitad del recorrido y a punto de llegar a la zona donde está la cámara que toma las fotos, él sacó el papel y se lo puso delante del pecho para que saliera en la imagen. Inmediatamente lo volvió a esconder, sin que nadie se diera cuenta. Por supuesto, ella tampoco percibió nada, debido a la velocidad y emoción del momento.
Al terminar, Marcos y Laura se dispusieron a ir a ver las caras con las que salieron para reírse un rato. Al ver la foto, ella quedó petrificada, ya que en ningún momento se percató del cartel que tenía delante Marcos. Se giró, le miró, le abrazó y la respuesta fue: “sí, quiero”...
Una historia real, diferente y bonita para hacer que tu día sea más especial… ¿Y tu? ¿Has tenido una petición de mano diferente? ¡Cuéntanosla!