La vida adulta consta de altas exigencias que debemos sortear en el día a día. Jornadas laborales de al menos 8 horas, altas exigencias académicas en los distintos planteles, JECs y talleres para los escolares, “mecanizan” un poco nuestra existencia. Pues bien, la idea es que eso no pase y la vida no se transforme en una rutina incesante. Por eso, aquí te van algunos consejos para disfrutar - sola o junto a los tuyos - de cada nueva mañana como si fuera una fantástica aventura. ¡Apunta y aplica!
1. Caminar: que tu medio para transportarte hacia tus distintas obligaciones sea siempre la cabina de tu automóvil o tu metro cuadrado en el transporte público, es ciertamente aburrido. Pero eso tiene una solución muy sencilla: organiza tu tiempo, de modo de salir antes de casa y caminar hasta la oficina. Al regreso, toma una ruta distinta rumbo a tu hogar. Incluso, puedes juntarte con tu pareja o algún familiar para compartir la experiencia y comer un bocadillo en el trayecto. Caminar nos permite pensar, optar entre distintas vías, obviar los odiosos tacos, ejercitarnos, tomar aire y ver la vida desde una óptica distinta. Y ojo, que una alternativa a esta idea es ¡la fascinante bicicleta!. Cualquiera que sea la opción que tomes, ¡te aseguro que te encantará!.
2. After: una instancia justa y necesaria, digna de vivir al menos una vez por semana. Si no eres amiga de esta clase de eventos, puedes tomar la actividad que más te plazca: ir al cine junto a alguno de tus cercanos, con amigos o colegas; inscribirte en un taller o pasar a un café. Lo importante es que tengas esos gratificantes minutos de esparcimiento, que alteran tu rutina y te permiten saborear la vida. No hay excusas para hacerlo; muchos ya han comprobado que hay vida más allá de la oficina. Anímate y no te arrepentirás.
3. Sal a almorzar: aún cuando lleves religiosamente tu lonchera con comida, tomar tu hora de colación te permitirá renovar energías. Puedes disfrutar de tu rico almuerzo en distintos parques o plazas, recorrer diferentes fast food, probar opciones distintas o simplemente dejar unos minutos para caminar por las calles aledañas. Un hábito tan sencillo como éste condimentará tu vida y quebrará lo rutinario de tu jornada. Además, si requieres hacer compras o algún trámite específico, nada mejor que la tarde, cuando el comercio aún no cuenta con tantos visitantes.
4. Lee: dicen que quienes leen viven miles de vidas, ¡y que cierto es!. Un libro es la puerta de entrada a mundos diversos, bellos parajes y situaciones fascinantes. Escoge tu lectura, involúcrate con los personajes y verás cómo cada nuevo título aportará sabor a lo cotidiano. La literatura es la fórmula más eficaz para romper con la rutina. Sólo date una vuelta por la librería, revisa las reseñas, elige la que más interés te despierte y corrobora en carne propia que la vida de una chica lectora es simplemente ¡alucinante!.
5. Atrévete a invertir en ti: muchas amigas sienten culpa cada vez que toman un café gourmet o van a la peluquería, dado que necesitan ahorrar. Y tienen mucha razón, pero tampoco es malo darse un gusto de vez en cuando. Después de todo, no eres una máquina: trabajas para ti y los tuyos; tienes todo el derecho de disfrutar - sola o con ellos - de los réditos. Invertir de vez en cuando en momentos placenteros es la esencia de la vida, pues aquellas son las cosas que recuerdas y por las que vale la pena seguir luchando. Por ello, asegúrate que consentirte sea un ítem fijo en tu presupuesto.
6. Escápate a la playa: esto debería ser un must, cuando menos una vez al mes. Tomar tus días libres - sin llevar deberes a tu hogar - y aprovechar para desconectarte, cambiar de ambiente y compartir con quienes amas es fundamental. Son momentos que cultivan el espíritu y dan sentido a la rutina, al tiempo que te sacan de ella. Como decía Jack, en Titanic, son instantes “que cuentan”. Anímate a multiplicarlos y notarás la diferencia.
Siguiendo estos sencillos tips, evitarás “mecanizarte” entre toneladas de obligaciones y realmente “vivirás”, sacando lustre a tu tiempo libre. Procura conservar cada una de estas mágicas experiencias en tu guardamomentos, y refugiarte en ella para que te energicen en las instancias de mayor estrés. Disfrútalas sin culpa; recuerda que “la vida no se mide por las veces que respiras, sino por los momentos que te dejan sin aliento”.