"¡Ya, a las 19:00 hrs tengo que estar en el terminal! Oh, rayos: me faltan un montón de cosas por hacer aún". Y ahí estas, con la cabeza dando vueltas y totalmente trastornada. ¿A quién no le ha pasado, eh? Organizar un viaje a último minuto o alguna salida en particular, en circunstancias que hay mil cosas que hacer y no saber por dónde comenzar.
Sólo el hecho de enumerar la lista de actividades que te esperan durante el día te estresa, ¡cuec!. Pero calma, calma que no panda el cúnico como decía el Chapulín; no es tan terrible. Lo que pasa es que, como estás centrada en pensar más que actuar, colapsas. Te baja la locura y quedas en blanco.
Lo primero es respirar profundo y hacer algo muy necesario e importante: or-ga-ni-zar-se. Sin eso andaríamos todo el día como loros trastornados. Una buena idea es - en la noche anterior, antes de dormir - tomar un cuaderno y de forma ordenada anotar todos nuestros pendientes, cosa de poder conciliar el sueño y levantarnos más tranquilas. Así, podremos ir viendo la hoja con apuntes e ir tachando a medida de que cumplimos con cada actividad. Incluso se puede anotar un rango de horarios (de tal a tal hora haré lo siguiente) para programarnos de manera óptima.
También es importante darse descansos. Cuando estamos ultras apuradas, solemos hacer todo muy, pero muy rápido. Pensamos que terminaremos antes pero ¡no!; a veces pasa todo lo contrario. Y es que por hacer las cosas tan aceleradas, terminamos equivocándonos - ya que nos tupimos y enredamos -, lo que exigirá volver a iniciar la tarea y perder el doble de tiempo. Por eso, si dejamos algunos momentos para comer, ver tele, tomar aire, hasta bailar, cantar o gritar, nuestra mente se distraerá. Así nos renovaremos para continuar con las obligaciones.
Algo un tanto loco, pero que quizás resulte, es que cuando te sientas muy cansada y sin energías, te coloques a ver las fotos del bombón que te quita el sueño. Esto podría motivarte a seguir ordenando. No te darás ni cuenta cuando ya hayas terminado, estés lista para salir con tu mochila y tomar el bus rumbo a ese destino anhelado.
Y tú, ¿qué haces en estos casos?