"¡Me llaman todos, estoy chata!". A veces, en lugar de querer estar con mil príncipes azules que nos regaloneen y digan palabras hermosas, preferimos estar solas. Y claro, en vez de atraerlos y que pasen pegados a nosotras, sólo queremos espantarlos. Es ahí donde tenemos que saber usar nuestros encantos, pero al revés.
Típico que nos vamos a quedar donde una amiga y ella nos cuenta su vida amorosa. Mil jotes la whatsappean mañana, tarde y noche. El de Valpo quiere viajar a Santiago y quedarse en su casa toda una semana; no falta el que se las da de galán y le prepara una cena ultra romántica o el loco viajero, que la invita a acompañarlo al sur, al norte o al fin del mundo.
Claro, es genial cuando andamos en esa parada en que queremos pasarla bien todo el rato, teniendo una y mil aventuras, pero cuando ya hemos pasado por esa etapa y nos 'chantamos' un poco, preferimos un poco de calma en nuestra vida. ¡Quizás con cierta cuota de locura, es verdad!, pero jamás como antes. ¿Qué hacer con estos bombonazos que no nos dejan tranquilas?
1. Lo primero es dejar mega ultra claro que no nos interesa andar en aventuras y queremos seguir solteras. Quizás podamos ser un poquito rudas, ¡total nosotras tenemos el control y decidimos qué hacer y qué no!
2. Regalonear a nuestros amigos, pero siendo honestas y dejándoles en claro que son sólo eso: amigos del alma. Que los adoramos, pero jamás tendríamos algo con ellos, porque tampoco queremos hacerles daño.
3. Si nos invitan a salir, analizar muy bien con quién estamos tratando. Si en algo nos interesa esa persona, bacán; pero sino, next. Gracias a esas salidas inocentonas es que se pasan mil rollos.
4. Si decidimos estar solas, démonos el tiempo para estarlo. A veces nos cuesta, pero es necesario para encontrarnos con nosotras mismas.
5. Cuando los jotes son muy catetes, quizás hasta podamos decir algunas mentirillas blancas e inventarles que nos cambiamos de bando o que tenemos un amor que nos espera al otro lado del mundo ¡A veces funciona!
6. Si nos van a ver y no queremos que se pasen películas, ¡cero arreglo!. Es lo mejor; nada de maquillaje. Si lo recibimos con nuestra tenida menos formal - o idealmente desarregladas - se darán cuenta que no tenemos interés en ellos y que preferimos mil veces estar solas.
7. Ver nuestra serie preferida, chatear por el celu, escribir, lo que sea, pero no pescarlos para que solos se vayan y atinen.
En el fondo amigas, es muy fácil espantar a un hombre. Sólo es cosa de usar las técnicas contrarias que en el juego de seducción y ¡santo remedio!.