Todavía recuerdo aquel baile de graduación. Al quedarme sola (porque mis amigas habían salido a bailar con sus parejas) sentí la mirada penetrante de un joven que me sonreía. Nunca había tenido novio, y la sola idea de acercarme a ese muchacho me llenaba de sobresalto.
Cuando lo vi venir hacia mí, el corazón me palpitó intensamente. Acepté de inmediato su invitación a bailar. Desde el primer instante hubo atracción física y me encantó su manera de hablar, de reír, de abordar distintos temas. Era todo un caballero respetuoso.
Ese fue el inicio de una relación amorosa que tres años después se consolidó en matrimonio. Iniciamos nuestra vida familiar, con el firme propósito de no dejar que nada afectara aquellos cimientos de nuestro nuevo hogar. Cuando llegaron los hijos la felicidad alcanzó su plenitud. Nuestro sueño dorado de formar una familia ya era una realidad.
Sin embargo, con el paso de los años, la rutina y el hastío se fueron metiendo poco a poco, hasta que llegó el momento en que el amor que una vez sentí por aquel hombre, ya no existió más. No olvido el día en que decidí dar por terminada la relación. Después de mucho pensarlo, llegué a la conclusión de que no podía seguir llevando esa vida monótona en la que habíamos caído sin darnos cuenta.
Habían pasado once años y la decisión no fue fácil. Me tocó educar a mis dos hijos pequeños sin la ayuda de su padre. Carencias económicas, situaciones adversas de salud, inestabilidad emocional, frustración y dolor, fueron solo algunas de las vicisitudes a las que me enfrenté.
La noche de la mudanza, los niños se fueron a casa de la abuela. Todo estaba desacomodado. Cajas por todos lados. Observaba el ir y venir de los cargadores. El camión del transporte se iba llenando paulatinamente y en esa misma medida, la casa iba quedándose vacía. Carente de objetos, de ilusiones, de sentimientos. Así como vacío quedó mi corazón cuando al cerrar la puerta retumbó el eco de lo no existente, la terrible soledad que ahora me invadía y la inevitable pregunta: ¿qué nos pasó, por qué el amor no puede perdurar para siempre?.