A diferencia de muchas mujeres, a mí no me gusta hablar por teléfono. El sonido del ringtone me pone mal genio, en especial si estoy ocupada haciendo algo, y me llaman para lo que yo considero "tonteras que pueden hablarse en persona". Pero claro, no siempre fui así. En mi adolescencia hacía hervir el teléfono de la casa hablando con mis amigas, muchas de ellas compañeras de colegio a las que veía todos los días. Mi papá llegaba y me retaba, porque había estado llamando a la casa y sonaba ocupado siempre, o simplemente porque yo era su primera hija adolescente y no entendía esa manía de hablar "puras tonteras" (lo eran). Incluso, fui una de las primeras de mi curso en tener celular, más encima con un plan ilimitado cuando me fui a la universidad, hasta que llegó la cuenta y mi papá decidió que mejor tuviera prepago ¡Ja!
Desde ahí nunca volví a tener plan, y he tenido la solvencia para tenerlo, pero de verdad no me interesa. Me basta con recargar un poco de plata, para tener para lo estrictamente necesario. Para mí esto es "Hola, estoy llegando, espérame en tal parte, chao". "Hola, ¿hay pan? Bueno, yo compro, nos vemos". El resto de la comunicación, para mí, se soluciona con el bendito WhatsApp (con el que además puedes llamar gratis), con Facebook o Skype, aunque claro, considero que no hay nada mejor que hablar en persona. No es que sea miserable, se los juro amigas, simplemente me da lata hablar por teléfono, excepto con mi mamá, y algunos amigos que viven lejos. Para ellos dejo a un lado mi odio, respiro hondo y me preparo para una larga conversación en la que según yo, quedo con la oreja caliente y el brazo acalambrado. Pero igual feliz de hablar con ellos, si tampoco es para tanto.
Y ustedes, ¿también repelen hablar por teléfono?