Como todos deben imaginarse, estar soltera no es algo de lo que sea entretenido jactarse, más aún cuando te encuentras totalmente rodeada de amigos en pareja ¿Por qué parece ser tan fácil para todos encontrar el amor? La verdad es que siempre me he preguntando que es eso que tienen los demás que yo no. Por más que intenté dejar que las cosas lleguen solas, más parece demorar el amor en golpear mi puerta. Las veces en que he estado totalmente decidida a cambiar aquel estatus sentimental, me ha tocado tropezar con más de una piedra. Incluso logré darme cuenta que mis amigos no eran lo que yo creía; sin embargo todo cae por su propio peso y quizás la soltería sí es la mejor opción, aunque en principio parezca difícil de entender.
Bueno, así es como prácticamente desperdicié casi un año de mi vida tratando de encajar en el grupo de los ''pololos'': de las minas que sólo se preocupan de verse bonitas para ellos. Me vi más patética que estando soltera. ¿Nunca han intentado impresionar? Al parecer yo abusé de eso o mi supuesto enamorado se percató de mis intentos, porque al momento en que obtuvo lo que quería no dudó en despacharme. ¿Quieren saber cómo fue?
Comenzando mi primer año universitario, conocí al típico galán de película, de esos que te dejan sin aliento y ni siquiera eres capaz de procesar o hablar correctamente. Honestamente, no fui capaz siquiera de decir algo coherente, lo único a que me dediqué fue a observar sus hermosos ojos verdes. Dicen que no es bueno confiar en las personas con ojos claros y créanme; ese dicho no está tan lejos de la verdad. De a poco comencé a querer estar a cada momento cerca de él, empecé a hacerme amiga de su círculo de hierro e "invitarme" prácticamente a todos los lugares a los que asistían. Este chico ni siquiera trataba de alejarme, por lo que en mi ''sueño'' entendí que también se sentía atraído.
Conforme avanzó el tiempo, me encontré siempre haciendo trabajos extras que no eran míos, porque ¿para qué mentir? era una de las pocas personas a las que les iba bien en la universidad. Y como siempre tenía tiempo, me calzaban con sus tareas los amigos de mi supuesto ''andante''. Comencé a quedarme fuera de todas las reuniones que organizaban, porque para ellos estaba muy cansada o tenía mucho trabajo por hacer. ¡Y claro que así era! si me la pasaba editando los suyos y terminando apenas los míos. Todo fuera por mi apuesto galán, que de vez en cuando me regalaba un besito y me hacía creer que ya no estaba soltera.
¡Qué farsa más grande! Mi enamorado era todo menos un novio decente. Jamás me invito a salir y no recuerdo una sola vez que hayamos estados más de cinco minutos tomados de la manos. Ignoraba siempre mis mensajes y hacía cualquier cosa excepto preocuparse por mí. Tardé meses en darme cuenta de esto; de hecho, casi me descubren soplando en un certamen. Creo que fue en ese momento que caí en cuenta de lo que estaba haciendo, sólo para agradar a alguien que me trataba como a un accesorio. Me costó decir basta, porque era demasiado hermoso y no puedo negar que ese status de no-soltería, tenía sus momentos agradables.
Terminé finalmente sola, sin amigos y con unas enormes ojeras de tantas noches en vela con tareas ajenas. Me sirvió para darme cuenta de que estar soltera no es tan malo; algún día llegará alguien que se fijará en mí de manera sincera. Mi otra mitad tiene que estar por alguna parte, sóo que esta vez no seré tan tonta como para dejar que pase por sobre mí. Como dicen por ahí, "mejor sola que mal acompañada".