Por muy coquetones que sean, tener lunares a veces es perturbador. Aún más, si hemos notado que los nuestros son rojos, y que desde hace un tiempo salen cada vez más seguido…
El paso de los años deja pequeñas muestras en nuestro cuerpo. Es el mismo proceso de vida el que nos va marcando, así también nuestra piel da evidentes manifestaciones de cómo nos hemos portado a lo largo de nuestros días.
Y es que estas marquitas que vemos en color rojo, son alteraciones no peligrosas de los vasos sanguíneos que pueden aparecer en distintas formas o tamaños, pero que son fáciles de diferenciar del resto de tus lunares. Estos, se dan con mayor frecuencia en personas con tez muy clarita, a causa de desórdenes de pigmentaciones. Pero si tu piel es “normal”, su aparición podría deberse a variaciones en tu organismo producidas por problemas al hígado, mala alimentación, acumulación de toxinas, hormonas, aumento de insulina o problemas nerviosos.
Si bien debemos poner atención con su repentina –y masiva- irrupción, es importante que analices el lugar de su crecimiento, dado que si son zonas que muestras comúnmente, pueden haber surgido o aumentar por factores externos (sol, smog, gases, etc). No obstante, si los notas en los senos, entrepiernas, axilas o talones, puede deberse a causas más complejas, pero que se pueden remediar con mejores hábitos alimenticios. Asimismo, si notas que crecen o se oscurecen, una visita al dermatólogo no será exagerada.
Alternativas útiles para su tratamiento y prevención son: beber agua durante el día, tomar jugos purificantes - como el apio, sandía, zanahoria o piña -, consumir aceites nobles, como el da la palta, oliva y omega 3; además de protegerte del sol.
Una pequita por aquí o por allá, siempre será algo bonito, pero ¡no te confíes!. Revisar las señales que da tu cuerpo es una excelente manera de mantener la salud en orden.
y tú, ¿cuántos puntos tienes?