Amigos. ¿Qué haríamos sin ellos? Están en todas: a la hora de celebrar nuestros triunfos y también mientras lloramos las derrotas. Nos nutren con sus historias y experiencias, acompañándonos en el interesante camino de la vida. Podemos encontrar partners tan distintos como personas hay en este mundo, pero existen algunos cuyas características son claramente identificables. Y a continuación, te presento algunas:
1. Aquel con que empatizas: es aquel cuya historia es similar a la tuya, lo que genera gran complicidad e identificación. Los sentimientos y sensaciones que narra te hacen pleno sentido. Por lo mismo, no te cuesta escucharlo y comprenderlo. A la vez, junto a él, sientes que en realidad lo que te pasa es normal y que quizás no estés tan loca.
2. El autor-referente: sólo habla de sí mismo. Las reuniones con él son una puesta al día de los detalles de su propia novela. Se complica por nimiedades, pero te las relata con tal maestría y de manera tan divertida, que escucharle no te aburre en absoluto. A diferencia del “vampiro emocional”, no es un hater quejumbroso, sino un narrador por esencia. Su cháchara constante te distrae de tus problemas. Y tal vez, ayudándole a dilucidar su ensalada de ideas, encuentres un orden que dar a las propias.
3. El partner: es una variante del punto 1. Se trata de tu cómplice, con quien compartes tus experiencias y opiniones en torno a las mismas. La diferencia del primero, es que además de empatía, en él encuentras consejo. Reflexiona sobre lo que le cuentas y te ayuda a extraer una lección de aquello. Aún más, puede usar sus propias vivencias como una suerte de “parábola”, que te ayudará a comprender mejor sus recomendaciones.
4. El directo: es aquel que te dice las cosas con tanta sinceridad que duelen, aún cuando lo hace con tanto tacto que no llegas a sentirte ofendido. Simplemente, te pone ante un espejo en el que ves lo mejor y lo peor de ti. Luego del impacto, suaviza la caída con sus palabras, orientándote, haciéndote ver que lo que ocurre es normal y dándote atisbos de solución o esperanza. Es tremendamente sabio, y por eso, su consejo se te hace indispensable.
5. El eficaz: es muy maternal / paternal, por lo que a su lado siempre te sentirás acogida, sin importar cuán intensa haya sido tu “catástrofe”. Al igual que el punto 4, goza de gran sabiduría. Te escucha atentamente y luego, basta un par de palabras o consejos para que reflexiones, llegando a una solución brillante y eficaz. ¡Una joya de amigo!.
6. El superficial: es “yoísta” y siempre habla de banalidades, tales como su última adquisición, la moda de la temporada, etcétera. Pero es una compañía entretenida y una charla adecuada para aquellos instantes en que estás en modo “light”. Sí, cuando sólo quieres poner tu cerebro en la caja de la nada, y descartar cualquiera de tus eventuales preocupaciones.
Y tú, ¿a cuántos de estos amigos reconoces?