Me declaro una fan incondicional de este actor escocés, así es que hablaré directamente desde mi admiración por él. Desde que vi Trainspotting - y a pesar de que no me gustan los hombres tan flacos, como lo era su personaje Mark Renton -, me llamó la atención su sonrisa y su increíble talento. De ahí he intentado ver cada una de sus películas.
Nacido en Perth, Escocia, el 31 de marzo de 1971, el actor estudió arte dramático en la Guildhall School of Music and Drama y compartió clases con Daniel Craig. Cuando todavía le quedaban algunos meses para graduarse, consiguió un papel en una serie para la BBC, y desde entonces no ha parado. Debutó en el cine en 1993 junto a Robin Williams en Being Human, actuación por la cual recibió buenas criticas. Tres años después, vendría el reconocimiento mundial con Trainspotting.
Impresiona la versatilidad de Ewan. Aunque todavía me falta verlo de "malo" en una película, por el momento me conformo con actuaciones como Moulin Rouge, un musical donde el hombre canta como los dioses (busquen en YouTube la canción Come what may) , o en El Gran Pez, donde saca su lado inocente y tierno, pero determinado. En Lo Imposible, una tremenda película, es un padre que hace todo por encontrar a su hijo y su esposa, desaparecidos después del tsunami de Sumatra. En Star Wars (episodios I, II, III y VII) es el jedi Obi-Wan Kenobi, e incluso hizo de bisexual en Velvet Goldmine.
Está casado desde 1995 con la diseñadora Eve Mavrakis, con quien tiene cuatro hijas, una de ellas adoptada. Uno de sus mejores amigos es Jude Law, (capítulo aparte para ese estupendo hombre) y vive en Los Angeles, California.
A sus 45 años, Ewan está como quiere. Cada día me convenzo más de que los cuarenta y tantos son la mejor época en la vida de una persona, en todo sentido. Es cosa de ver al Ewan de hace unos 15 años y compararlo con fotos actuales. Eso sí, conserva su característica sonrisa de niño, que es algo que a las mujeres nos encanta, ¿O no, niñas?