Acuerdas una cita, llegas 10 minutos antes y esperas a que sea la hora pautada para que llegue la otra persona. Y esperas. Y sigues esperando. ¿Es que no piensan venir? ¿Es que mi tiempo no vale? Si yo pude esforzarme un poco por llegar puntual, me agradaría que hicieras lo mismo. Definitivamente la impuntualidad es un asunto que atenta contra mi buen humor. Ya sea una salida de amigos, trabajo o una cita romántica; bajo ningún contexto está bien llegar tarde.
Está bien, a veces suceden situaciones extraordinarias que están fuera de nuestro control y pueden retrasarnos un poco, pero la excusa de que "había mucho tráfico" está un poco gastada; y por lo que más quieras, no me digas que "ya vienes en camino" cuando apenas vas entrando a ducharte. No me hagas pensar que llegarás en 5 minutos cuando la realidad es que te faltan 30. Y ni hablar de cuando esta gracia se repite cada una de las veces que tenemos planes, porque eventualmente voy a querer dejar de perder mi tiempo por esperar cada día a que llegues. ¿Es que no posees un reloj? ¡Hasta nuestros teléfonos celulares dan la hora, no hay excusas!
Por favor, no seas una de estas personas impuntuales. Hazle saber a la otra persona que su tiempo sí vale y llega a tiempo a cualquier evento que tengas pautado. Vamos, es simple cortesía. Si tienes un imprevisto y necesitas más tiempo, al menos avísa con antelación; definitivamente no lo hagas media hora antes de la cita en cuestión. No andes por allí desperdiciando el tiempo de la gente, que no es para nada divertido. Quizás un retraso de 15 minutos pueda perdonarlo, pero más de allí es jugar con mi paciencia y mi tiempo.
Y tú, ¿has tenido que lidiar con personas impuntuales? ¿Cuál ha sido la peor anécdota que te ha tocado vivir esperando por alguien? ¡Cuéntanos!