Hablas con una persona que hace mucho tiempo no veías y de la nada, sin ninguna intención amorosa, les sale una cita. Quedan de verse y sin saber por qué, antes de abrirle la puerta tu corazón se vuelve totalmente loco. ¡Sí!, está a mil por hora y cuando lo tienes enfrente de ti, te das cuenta que surge una magia increíble. A través de los ojos pueden decirse todo lo que están sintiendo.
¡Esto es adrenalina pura, cuando sin esperarlo un hombre te mueve el piso a full! Y ojo amigas, porque no sucede siempre, todo lo contrario. A veces nuestras queridas partners nos presentan bombones para que salgamos e iniciemos alguna relación, pero no nos mueven ni un solo pelo. Terminamos aburriéndonos y queremos salir corriendo. ¡No hay nada peor que estar en una cita obligadas!
Pero cuando llega 'él', esos nervios ¡son geniales!. Tenemos mariposas en el estómago que a nuestros 30's nos hacen sentir como verdaderas quinceañeras. A medida que conversamos nos pasan cada vez más cosas y no queremos soltarlo por ningún motivo, sino tirarnos encima y morderlo como unas vampiresas. Miramos hacia otro lado, porque no soportamos su mirada tan penetrante. Sentimos que en cualquier momento gritaremos de la euforia o nos quedaremos pegadas en sus ojos, sin atinar a decir nada más. ¡Y qué decir si nos toma las manos!: el corazón se nos detendrá. Ese príncipe azul que está frente a nosotras sonríe como bobo igual que una y con esto podemos entrar en confianza, sentir una gran complicidad y feeling que no se da con cualquiera.
Podemos conocer a muchos tipos que nos lleven a comer, nos compren flores, nos inviten a un romántico panorama junto a luz de la luna y las montañas, pero si no nos provoca absolutamente nada, la cita terminará siendo un fracaso. ¡Sólo amigos, como lo he dicho siempre, y dejarles las cosas claras para que no se pasen rollos!
Ya hemos vivido varios años y pasado por distintas relaciones amorosas. Tenemos más experiencia, sabemos qué nos gusta de una persona y qué no. Pero lo más importante es que ya tenemos claro qué tipo de hombre queremos a nuestro lado. Buscamos adrenalina, pasión, ternura, aventura, pero también confianza, seguridad y que el bombón con el que salimos nos provoque unos nervios tan, pero tan grandes que queramos huir, ya que nos trastorna y no sabemos qué hacer con eso. Lo único que anhelamos es el primer beso, como unas adolescentes en los viejos tiempos: que nos tome entre sus brazos y no nos suelte más.
Si se han encontrado con un hombre que les provoque todas esas sensaciones. ¡Adelante! Disfruten de su compañía y por nada del mundo lo dejen escapar.