Díganme si no hay peor cosa en temas de citas que un hombre apretado. Lo peor es cuando te lo hacen saber mediante indirectas y no directamente. Sí, somos mujeres independientes que pueden pagar su parte sin ningún problema, pero esperen: recordé que hay algo peor que eso y es cuando el muy patudo te hace invitarlo.
Y así me pasó una vez. La verdad es que no estaba preparada para tal suceso, pero como me gustaba bastante, tomé mi cuenta rut, porque para variar no andaba con efectivo, y pagué los mojitos que nos habíamos tomado, más los cigarros y la tabla con algo para picar. Vi mi dinero irse en un dos por tres, pero valdría la pena, según yo. Y no, no valió nada de nada porque el muy malagradecido, ni un cuneteado me dio. No es por ser apretada, porque si hubiese sido mi amigo, no me habría dolido tanto, ¡pero no lo era y se suponía que estábamos en una cita!.
Al final quedé súper picada con la situación. Lo dejé con la mayor dignidad posible y me fui a desquitar con el karaoke. Lo siento por la gente que escuchó mis aullidos notas musicales. En conclusión, fue una cita horrenda, pero aprendí a que si él no te invita, es porque no quiere nada contigo más que amistad. Y lo mismo para nosotras, cuando invitamos, que sólo sea para mandarlos a la friendzone (¡sorry chiquillos!).