Cuando conocemos a una persona, sea hombre o mujer, siempre nos queda una cosa sobre ellos: su olor. Y no ese asqueroso que sentimos en la hora punta del metro, más bien la maravillosa fragancia de sus perfumes. Hoy en día existe una amplia gama de aromas y un montón de marcas, que se venden en pequeñas boutiques, farmacias, grandes tiendas, etc. ¿Y para qué nombrar los precios? Están aquellos un poco más baratos, y por otro lado, los perfumes de los famosos que son bastante menos accesibles, pero si eres un fan, poco te importará.
En mi caso, mis perfumes favoritos son aquellos con una mezcla entre dulce y frutal, pero para llegar a ellos, pasé por varios antes. Y como no estaba segura de cual sería aquel que usaría definitivamente, no me compraba la versión más grande. Y estuve así varios meses, hasta que me di cuenta que - aunque vacíos - ¡tenía todos los envases de los perfumes!. Esto, no porque se me hubiese olvidado botarlos o algo así, sino que me gustaban mucho y hacían que mi habitación se viera súper bien. En un momento tuve demasiados y pensé en deshacerme de algunos, pero no pude, me gustaban mucho. Luego de pasar por varios que olían exquisito, finalmente encontré el aroma que iba conmigo y con mi personalidad, por lo que hasta ahí llego mi colección. No, miento, porque en realidad ahora junto los frascos de mis amigas y primas, así que: botellitas, ¡vengan a mí!
Y tú, ¿tienes alguna afición peculiar?