¡Veinteañeras! A cuántas les ha pasado que un día van de compras por un producto de belleza y te das cuenta que… ¡No existe producto para los veinte! Es decir, las cremas corporales dicen en la etiqueta que son para menores de veinte o mayores de 30. Todo está creado para un público infantil, adolescente y ya adulto. ¿Y nosotras, dónde quedamos? ¿Es que acaso no existimos? Estoy segura que te ha pasado más de una de estas cosas:
1. El momento de decir tu edad: Conoces a un amigo/a de un amigo y te pregunta tu edad. Claramente él es mayor y tú contestas que estás en los 20. Si eres menor de veinticinco te dirán: “¡Ah! Hace poco dejaste los dieciocho, qué jovencita”, pero si eres mayor de veinticinco, la exclamación será: “¡Oye! Te queda poquito para los treinta”. Queridos y queridas, quiero que sepan que tengo veintitantos y no es necesario aproximar mi edad.
2. No encuentras el libro adecuado para ti: Claramente ya dejaste los libros infantiles y pasaste por la etapa de adorar personajes de libros adolescentes. No quieres leer "El Quijote", porque ya lo leíste en el colegio y buscas algo más contemporáneo, acorde con tu edad, con lo cual te sientas identificada ¿Sorpresa? ¡No hay nada! Al final te vas a la sección de literatura adulto / juvenil, te compras el libro que más te llama la atención, se lo muestras a tu mejor amigo/a y te dice: “Oye, ¿y no estás grandecita para leer estos libros?”
3. El perfume: Chanel es para una señora sofisticada y elegante, pero dicen que Agatha Ruiz de la Prada es demasiado adolescente. Pruebas un montón de fragancias y sientes que ninguna va acorde con tu personalidad, todas van de extremo en extremo. Tú buscas algo para... ¡tus veinte! ¿Es que acaso es muy difícil? Sí, al parecer, ¡mucho!. Finalmente, eliges una mezcla con la que no te sientes cien por ciento identificada.
4. La elección de estilo: No sabes cómo vestirte o con qué te sientes a gusto. Ya no sabes si visitar la parte juvenil de la tienda o la de adulto, porque entraste al mundo laboral y no sabes si es mejor una actitud de mujer independiente y seria o usar todos los colores del mundo con estampados.
Claramente, esos son sólo algunos de pequeños problemas que enfrentamos. Pero no se desanimen, que debemos admitir algo: las fiestas de veinteañeras son ¡las mejores!.