Si eres de las que vivió junto a sus papás durante toda la vida universitaria, una vez terminada la carrera comienzas a cuestionarte varias cosas. Terminaste tus estudios, diste tu tesis o examen de grado, celebraste con tu familia y ahora entras al mundo laboral. Comienzas a ganar dinero, a disfrutar de las bondades de tener tu plata, pero también empiezas a preguntarte si ha llegado el momento de irte de la casa.
Abandonar el nido paterno depende de varios factores y en Fucsia los pondremos en perspectiva, para que analices y compares con tu realidad. ¿Qué tipo de factores influyen? Por ejemplo, si vives solamente con tu mamá/papá y tienen una buena relación.¿Será entonces necesario que emprendas el vuelo? Quizás puedas ayudar con algunas cuentas o las compras del supermercado, pero si son solamente dos y respetan sus espacios, entonces puede quedarte otra temporada. Otro factor puede ser que tienes un novio, están estables y bien encaminados. Esto no significa que debas irte a vivir con él, pero cuando uno está en pareja requiere espacios de intimidad, sin terceras personas dando vueltas por la casa.
El dinero es el factor más importante. Irte de la casa implica, ojalá, no volver más. Por lo tanto, es importante tener plata guardada, además de un lugar seguro para quedarte y comenzar tu nueva vida. Si bien la idea no es comprar un departamento enseguida, tendrás que estar preparada para arrendar, sabiendo que el contrato puede terminar y obligarte a tomar nuevos rumbos.
Mientras permanezcas junto a tu familia, puedes aprovechar de ir comprando pequeñas cosas para tu futura casa. Comienza con tu cama, veladores, algún escritorio, artículos de cocina, etc.
Dadaroom.com hizo un estudio sobre la edad en que los jóvenes abandonan la casa paterna, de acuerdo al país donde viven. Los que más tardan en irse son los peruanos, quienes dejan a un lado la comodidad del nido a los 29 años. Mientras, en Suecia el promedio en que los jóvenes se independizan son los 20 años de edad. Chile se encuentra en la mitad, con un promedio de 27 años. Nuestros vecinos, en tanto, argentinos deciden irse de casa a los 28, al igual que los mexicanos.
La conclusión del estudio es que todos tienen siempre las mismas ganas de independizarse, pero el obstáculo siempre es el dinero. Los sueldos que reciben los recién titulados no son suficiente para vivir solo inmediatamente.
¿Un consejo? Ahorra lo suficiente y no te vayas por moda, sino cuando tengas un sustento económico firme. Lo mejor es irse y no tener que volver, pero si te vas con poco dinero, lo más probable es que regreses a la casa paterna en poco tiempo. Entendemos que no hay nada más agradable que tener tu propio espacio, pero para eso hay que trabajar y ser constante.
Y tú, ¿ya te fuiste de la casa de tus padres?