Cuando tenía 10 años me cambié de casa por primera vez. Creía que iba a morir, porque en mi nuevo barrio no conocía a nadie. El cambio fue bastante "grande" en términos de distancia, y me tuve que dejar el colegio en que pase toda mi (corta) vida. Cuando llegué el primer día al nuevo curso, me sentí muy fuera de lugar. Cuando sonó el timbre para ir a recreo y no sabía si quedarme en la sala o salir, se acercó una niña de ojos achinados. "Hola", me dijo. En ese momento pensé que era mi salvadora. Con el tiempo nos hicimos amigas y llegué a confiar mucho en ella.
En esos tiempos, el contexto familiar no era muy bueno. Al cabo de 3 años en esa casa, mis papás se separaron y nuevamente debí cambiar de colegio. Era el año 2005; no existía Whatsapp y apenas hablábamos por Messenger. Con el tiempo, esa amistad que había nacido se esfumó, pero quedó el recuerdo ¡y bien bonito!. Fueron 3 años de amistad que me ayudaron mucho (en ese tiempo todo me parecía una desgracia).
El último de mis cambios de escuela fue cuando pasé de básica a media. Estaba en el patio, más confiada y con experiencia en conocer gente nueva, cuando alguien gritó mi nombre. Me puse a buscar y ¡paf! ¡Era mi amiga de básica! No lo podía creer: estábamos en salas aledañas, por lo que siempre nos juntábamos en los recreos y caminábamos hacia la parada de micro. Después de tantos años, reencontrarnos fue algo lindo.
Retomamos la amistad justo donde la dejamos. Nos acordábamos de las cosas que hicimos cuando chicas y reíamos recordando nuestras viejas travesuras. Hasta el día de hoy (que tengo 21 años), seguimos en contacto y hablamos constantemente.
¡Qué lindo es encontrar amigos del pasado y ver que la amistad aún puede mantenerse!. A ti, ¿te ha pasado?