Cuando nos embarcamos en una relación, lo hacemos porque queremos un compañero de equipo que aperre en las buenas y en las malas, que nos haga reír y con quien compartir un afecto en común. Sin embargo el tiempo, la rutina y el cansancio, en algunos casos terminan agrietando la convivencia y por supuesto, también el amor. Llega un punto en que la pareja pierde su esencia y aquellas cosas buenas que compartieron se convierten en peleas, gritos y hastío.
Es en ese momento cuando una relación se vuelve tóxica y debes aprender a identificar aquellas señales que te lo dejarán en claro:
Si la comunicación se torna cada vez más difícil
Cuando parece que tu pareja habla un idioma muy distinto al tuyo, entonces estás ante una de las primeras advertencias. La comunicación es uno de los pilares de un vínculo sentimental. Es por ello que cuando las palabras se vuelven complejas de decir o sientes temor, vergüenza y cansancio de repetirlas, hay un problema que si no se trata a tiempo, puede desencadenar en el quiebre definitivo.
Cuanto te molesta hasta su forma de hablar
Otra forma de identificar si una relación se ha vuelto tóxica, es cuando te molesta todo de la persona que tienes al lado, desde su forma de reír hasta la manera en que se expresa. Es normal que a una no le guste todo de su pareja y parte de amar es aceptar al otro con sus defectos y virtudes, pero si aquello que en algún momento nos gustó de ese otro ahora te desagrada, entonces es momento de tener una conversación sincera y replantearse la relación.
Si uno de los dos se cree el jefe del otro
Un vínculo de pareja no debe mezclarse con impulsos o necesidades paternalistas, pero si uno de los dos se cree superior al otro o con derecho a dar órdenes, entonces existe un indicio de que tu relación se está alejando del camino sano.
Nadie tiene el derecho de mandar al otro y el rol de una pareja es aconsejar, apoyar y entender incluso aquellas determinaciones en las que ambos no concuerdan. No es normal que la persona que tienes al lado te diga cómo vestirte, qué comer, cómo comportarte y menos qué hacer con tu vida.
Cuando las peleas son todos los días
No llegar a acuerdos, diferir en gustos e incluso pelear de vez en cuando es normal en una pareja. Sin embargo, el que los gritos y las ofensas se vuelvan parte de la rutina de la relación no es normal, ni menos justificable. No es posible seguir adelante con una relación en donde ya no hay complicidad y solamente quedan descalificaciones, reproches y falta de comprensión.
Si no logran llegar a un acuerdo incluso en las cosas más simples
Una pareja no puede ser nuestro clon y es por eso que sus gustos no pueden ser iguales a los tuyos. El problema se genera cuando ninguno de los dos está dispuesto a ceder y tienen diferencias fuertes en temas tan simples como el lugar a donde irán de paseo, lo que comerán o qué comprarán en el supermercado. Tener diferencias por temas demasiado triviales, no es parte de una relación sana.
Si sientes que estás ante una relación tóxica, no puedes escapar del problema y esperar a que se solucione solo (eso no pasará). Debes enfrentar la situación, clarificar tus ideas y perder el temor de romper aquellas cadenas que te atan a una relación que ya no te está entregando nada.